AOM| Venecia y su esposo Robert son los encargados de realizar el after party del próximo estreno de Marvel, Infinity War. Una gran lista de invitados, muchas canciones y un grupo de amigos dispuesto a disfrutar la noche.
¿Ustedes están listos?
ONCE...
CAPÍTULO SIETE. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ❛Realmente te queda bien la barba, Evans.❜
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27 de abril de 2018
—No pretendo que me lo digan pero, ¿alguna de ustedes sabe dónde se metieron Sebastian y Maia? Juro matarlos, se van sin explicación alguna —pregunto Venecia al grupo de amigas, mientras esperaban que los autos llegarán al lugar.
Las mujeres se miraron y tras negar y decir que no sabían nada, se ubicaron en los autos rumbo a la casa de la pareja. Downey beso a su esposa cuando ella se subió y acomodo en el auto de ellos, Venecia olvidando a Maia y Sebastian por un minuto, correspondió el beso mientras las manos de Robert se paseaban por el cuello y los hombros de su esposa. Un leve gemido se escapó de la boca de la argentina cuando su esposo besaba, con ímpetu, su cuello dejando marcas allí.
—La fiesta no terminó amor —dijo Venecia cuando, por fin, pudo hablar porque Downey había liberado su cuello.
—Los chicos son lo suficientemente grandes, muchos de ellos lo hicieron durante la fiesta e interrumpieron nuestro momento, Dios necesito sacarte ese vestido —ambos rieron y volvieron a besarse, agradeciendo que los asientos del auto eran cómodos, amplios y que, con un solo botón, obtendrán privacidad absoluta del chofer. Downey seguía besando a su esposa mientras ella se encargaba de deshacer el nudo de su corbata y sacarle el saco y la camisa. Robert se encargó de sentar a su esposa en sus piernas, sin dejar de besar sus labios y su cuello.
La pareja logró encontrar la comodidad perfecta y, después de tanto haberlo esperado, pudieron tener su momento en la noche, ambos se encargaron de disfrutarlo sin importar si el chofer los escuchaba. Robert no paraba de besar a su esposa y ella no podía contener sus gemidos, definitivamente haber esperado toda la noche valió la pena. El placer de ambos se hizo presente y se encargaron de poder disfrutarlo a pesar de la extraña circunstancia que, para la pareja no era nueva. Robert se encargó de que su esposa disfrute del momento y ella de que él también lo haga. Ambos lograron llegar al esperado orgasmo y con ello, todo lo que venían aguantando en la noche se liberó y culminó con beso entre el matrimonio.
—Eso fue... —habló Venecia, cuando ambos lograron recuperar un poco la cordura mientras, poco a poco, sus respiraciones volvían a la normalidad—. Increíble.
—Como siempre —respondió él, sonriendo mientras miraba a su esposa y le dejaba un corto beso en los labios de ella. El resto del viaje se encargaron de acomodar todo aquello que estaba fuera de lugar y delataba lo que había pasado entre la pareja.
El auto de la pareja se estaciono en la casa de ellos y, antes de bajar acomodaron sus ropas una vez, se tomaron de las manos y bajaron para poder abrir su casa y recibir a sus invitados. En un lapso de no más de diez minutos, los invitados fueron llegando y entrando a la casa de la pareja para acomodarse y terminar la fiesta. Tal cual lo había dicho, Eva entró y fue directamente a la pequeña heladera con los vinos para, tomar uno y abrirlo.
