Lisa quería besarla, abrazarla, y hacerla suya.
- ¿Q-quieres ser mi novia?.
- Demonios, Manoban, tú eres rápida.– Se burló Jennie.– Si quiero.
Se besaron, sin límites, sin barreras, sin mentiras ni engaños.
Al mirarse directamente a los ojos, comprobaron sus pupilas dilatadas. Disfrutaban estar juntas.
- ¿Cómo puedes ser tan tierna y sexy a la vez?.– Preguntó Jennie sonriendo.
- Supongo que se me da.– Bromeó Lisa.
- No seas egocéntrica, Manoban.
- El burro hablando de orejas.
Decidieron ir a casa de Lisa, para disfrutar más tiempo juntas. Ver una película, unos cuantos besos y abrazos.
Calzaban perfectamente.