Estrellas de Alta Mar

Rebelde

-¡¿Sabes qué hora es?! ¡Las 3 de la mañana! ¿Te parece normal?

-Calla.

-¿Cómo dices?

-Que te calles.

-No me mandes callar...

-Relájate. No pasa nada.

-¡Mike!

-Tss, tranquilo - segundos más tarde la cara del chico estaba como un tomate.
Y no por vergüenza. Sino por dolor.

-¿Cuándo? ¡¿Cuándo vas a madurar?! ¿Cuánto va a durar esta fase?! ¡Dímelo Mike, dímelo!

-No es ninguna fase. Me voy cuando quiera. Y vuelvo cuando quiera. Es una afirmación. No una fase.

-Madre mía... Qué opinaría ella sobre esto...

-No puede opinar si no está.

-Algún día volverá. Y ese día no te quedará más remedio que afrontar la realidad.
Que no eres más que un niño huérfano al que nadie quiso adoptar.
Un niño sin casa, sin nadie que le quiera.
De no ser por mí no estarías vivo ahora mismo.
Y espero que cuando ella venga, piense lo mismo que yo.

-¡Callate!

-Deja ya esa fase de rebeldía. Vuelve en ti Michel.

-Mi nombres es Mike. Y no me mereces Noah. - acto seguido salió por la puerta.
Pero, por extraño que parezca, no volvió a entrar por ella. Nunca.