Capitulo 8

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Odiaba el color blanco y el terrible olor de pociones crece huesos, le recordaban muchas cosas, desde su niñez hasta la enfermería de Hogwarts, pero no era el momento de ser nostálgicos, era el momento de salir de esa horrible sala, ya mismo empezaba su quinto año y con ello los timos y se encontraba más que dispuesto hacer grandes cambios en su vida. Desde el incidente del ministerio y sus vacaciones alejadas de la sociedad mágica, se dio cuenta de lo infantil que ha sido, incluso de su estupidez de crear una corte a tan corta edad. Si, había conocido a gente valiosa o disfrutado hacerlo, pero si lo hubiera hecho después de conocer como realmente es la situación o como es la vida común de un mago o ser mágico pudo haber hecho demasiadas cosas y ahora no hubiera tenido que ver la muerte, tal vez no sería como es ahora.

Sin embargo, no se podía volver en el tiempo, tanto como él quería, por lo cual debe aprender a convivir con sus errores. Dumbledore tenía razón en algunas cosas, él era un niño, es uno, pero con grandes capacidades y tenía que hacer grandes cosas que estén de acuerdo con él.

Iniciar de nuevo, era un comienzo, ya lo estaba haciendo desde que termino su quito año, pero no quería escoger un camino, siempre estuvo hastiado de la luz y oscuridad, no quería escoger nada de esas cosas, quería su propio camino, su propio destino.

Caminó por toda la habitación pensando que hacer, buscando una solución a tantos problemas que existen en su mundo. No eran solo los nacidos de muggles, no eran las sangres puras, no encontraba una respuesta, tenía que buscar el verdadero problema y luego haría su primer real paso.

―Harry, ya puedes irte ― la voz de una mujer lo interrumpió, era alta y de largos cabellos castaños, su rostro reflejaba los años que había trabajado en San Mungo y su piel canela le daban un aire de dulzura

―Realmente no se como devolverte el favor Amelia. ―dijo Harry mientras se acercaba a la mujer con confianza.

―Solo no vuelvas ha provocar un gran susto como estos... y mantente vivo.

La risa que vino después de aquel comentario hizo que Harry se sintiera un poco culpable por haber preocupado a tan hermosa persona, realmente le había impresionado la actitud de aquella mujer, fuerte decidida pero muy inocente, algo con lo que jamás se había encontrado en su vida.

Ella le había encontrado en aquel callejón cuando simuló haber escapado de las manos de Voldemort, así que su actitud hacia él siempre era cariñosa y maternal, cosa que le había incomodado un poco y se preguntó... de tener a su otro padre, ¿habría sido así? Su padre Severus no era muy cariñoso, pero por las historias que contaba Sirius o su padre mismo, su Papá James debió ser igual. Eso sería un pensamiento que lo lastimaría más de lo que estaba...y cuando se sentía lastimado no podía evitar pensar en Draco.

Él le había prometido que pasara lo que pasara, si se rompía él lo repararía lo cuidaría... ahora ¿Dónde estaba? Con el enemigo, lejos de él. Realmente solo pensar en su cuarto año su corazón se llenaba de dolor y su piel quemaba, como si esta recordase como las manos de Tom la tocaban y quemaban recordando la traición.

―Harry, ¿estás bien? ―Amelia miró a esos ojos verdes y su corazón se oprimió cuando solo encontró dolor reflejados en ellos. No era una mirada de un niño de quince años y eso no era correcto. ―Sabes... si tienes problemas, si no sabes con quien hablar, me puedes llamar por red y responderé siempre, a cualquier hora, no importa.

Harry la miró con gran sorpresa, no se había esperado aquella propuesta y tampoco sabía porque había asentido, pero lo había hecho.

―Entonces, Harry espero que tengas un excelente año. ―Amelia besó su mejilla y lo acompañó hasta la sala de espera del hospital, donde se encontraba su padre, que lo recibió con un gran abrazo y lo llevó fuera de ahí.

TE NECESITO A MI LADO (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora