Cap.2: De vuelta.

3 0 0
                                    

—Y al instante me puse a llorar— la doctora Hansen anota todo en su libreta y asiente.

—Tuviste otro ataque de pánico por ansiedad— yo asentía y repetía lo mismo.

—Me hace sentir tan estupida, y Francois lo único que hace es hacerme sentir peor, y sé que no es su intención, pero...— me quedo callada a mitad de la oración.

—Pero... ¿Jane?— suspiro.

—Él tampoco puede saber por lo que estoy pasando, porque él también está enamorado, ¡y de una idiota! Esa chica no lo aprecia lo suficiente. A veces cuando hablo por teléfono con él muchas horas siento que tenemos una conexión, ya sabe...

—¿Romántica?— asiento.

—Romántica. Pero luego viene a decirme, Louise hizo esto, Lou hizo esto otro, Louise para allá y para acá, no me importa Louise, menos cuándo a él le rompen el corazón tan seguido, y no se da cuenta.— Estoy sin aire de tanto hablar.

—Cuéntame de las poesías, Jane.

Las poesías.

—No hay nada que usted ya no sepa— me encogí de hombros.

—¿Como las escribiste?

—A puño y letra, en un viejo diario de princesas.

—¿Cuando?

—Hace tres años, estaba cursando mi segundo año de Comercio.

—¿En quien te inspiraste?

—En Dean.

—Algo que me llamo mucho la atención— dijo tomando el libro y abriéndolo en una de las primera páginas— es que a pesar de que tu historia con Dean fue corta y efímera, la plasmaste en un éxito literario, la hiciste seguir. Los primeros poemas son de lo enamorada que está nuestra protagonista, y los últimos de lo sucio que es el amor.

—Nunca me enamoré de Dean, nunca me he enamorado, lo que tuve por él fue una obsesión y la plasmé en mi diario porque no podía soportar tener mis sentimientos encapsulados. La qué pasó hace años, parece que no hubiese ocurrido, y preferiría que se quedara así. Ashley piensa que los poemas son de un "amor" que tuve en la universidad y Dean ni siquiera recordaba mi existencia hasta que empezó a salir con Ashley.

—Cuéntame de las poesías, Jane.

—Mi próximo libro, ya estaba siendo escrito, para Francois.— la doctora Hansen asintió, pero pude ver la sorpresa en su rostro. Nadie esperaba eso.

—¿Hace cuánto hablas con él?

—Dos años.

—¿Como lo conociste?

—Fue en una fiesta, en Lyon, donde él vive, hace cinco años. Éramos más jóvenes y estábamos menos deprimidos. O eso prefiero pensar.

—¿Por qué Francois?

—Él me agrada, piensa que soy genial y yo pienso que él es una persona genial, y siempre está ahí para mí, y lo detesto por eso.

—¿Por qué?

—Porque hace que me acostumbre a él.

Pasaron unos minutos en los que ella no hizo más preguntas, y yo no seguí hablando.

—Vuelve a la rutina: Estudia, escribe, intenta hacer ejercicio, evita pensar demasiado— yo asentía a todo lo que ella me decía, aunque sabía que no iba a poder hacer todo— Jane, la vida que tuviste antes, son solo recuerdos, ten eso claro. No puedes tener tu vieja vida de vuelta sin que todo haya cambiado.

—Lo sé, creo que eso es lo que más me duele.

El libro de poesías de Jane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora