Capítulo 6: Runa del Caos

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Salimos del instituto y doblamos la esquina hacia la plaza más cercana. Para cortar camino, propuse tomar la segunda avenida; pues a pesar de ser poco transitada, era la ruta más directa según mis cálculos.

— Espero tengas mejor orientación de sentido de la intuición — se burló Meghan mientras bajábamos por dicha avenida.

— Oye — dije dándole un leve golpe en la frente.

— Era broma... parcialmente — rió ella.

— Sí, claro — dije incrédulo — Aunque no lo creas, te puedo asegurar que conozco la ciudad como la palma de mi mano.

— Está bien — se encogió de hombros — Menos mal que tengo GPS en mi celular — susurró.

— Meghan...

Para evadir otro golpe, mi amiga se echó a correr por la acera y yo tuve que perseguirla entre carcajadas.

— ¡Vuelve aquí burlona!

— Nuu

Para escapar, Meghan se escabulló por un callejón; pero como la diferencia de distancia era poca, logré atraparla antes de que lograra llegar a la siguiente calle.

— ¡Te tengo pilla! — dije agarrándola apretadamente de la cintura.

A ella no le quedó más remedio que reír, y una vez que se le pasó, le di su bien merecido coscorrón.

— Ay, Meghan. Cómo eres — dije entre risas.

Aquel callejón nos había llevado a una calle paralela más angosta que la avenida principal; no había autos o siquiera una sola persona aparte de nosotros. A pesar de que aún había luz de sol, el silencio de la calle era un tanto incómodo.

— Vamos, creo que ésta también nos lleva a la plaza — dijo Meghan comenzando a caminar.

— Ok.

Apenas habíamos avanzado unos cien metros cuando escuchamos un sonido proveniente del callejón. Al principio creí que se trataba de un gato o un perro callejero, pero luego comencé a percibir unos pasos que nos iban siguiendo lentamente...

— Meghan... — susurré.

— ¿Qué pasa?

— Escucha... — dije en un murmullo casi sordo.

Ambos respingamos de pronto. Los pasos que yo había detectado fueron intercambiados por leves golpeteos, como saltos aleatorios, que se volvían más evidentes cada vez. Un estrepitoso estruendo fue el fin de aquel acto misterioso y después el silencio volvió a reinar. Meghan acercó a mi en busca de protección, y yo, sin saber qué hacer, esperaba una pista que explicara el sonido y calmara mis nervios de punta.

El eco de un golpe seco nos hizo brincar nuevamente, y de pronto algo cayó desde la azotea justo arriba de nosotros. Al principio creíamos que era un objeto, pero ambos quedamos atónitos al ver que se trataba de un persona...

Viva...

Y armada...

— Al fin doy contigo — dijo levantándose con lentitud.

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⏰ Última actualización: Apr 01, 2020 ⏰

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