8.- Competencia

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8.- Competencia

Estaba junto a He Xuan sentados en una banca esperando a que apareciera Pei Ming con unos helados que prometió comprarles.

El mayor les contó que había venido a una cita pero lo dejaron plantado, así que solamente estaba dándose vueltas por el lugar hasta que los encontró de casualidad. Qingxuan quería burlarse de ese hombre y decir que tenía merecido el que lo dejaron botado, pero no debía poner en contra a la persona que podía delatarlo con su hermano. Así que cuando los invitó a tomar un helado, aceptó resignado.

—Volví, tengan— dijo entregando los helados al par, luego sonrió y fue al tema que le importaba. —He Xuan, es una sorpresa ver qué conoces al pequeño Qingxuan.

—¡¿Ustedes se conocen?!—aunque no fue el interpelado, fue el menor de los Shi quién contestó.

—Es el entrenador de natación— respondió He Xuan sin darle importancia y preocupándose por su helado.

Shi Qingxuan estaba anonadado ¡El mundo era realmente pequeño!

—Sí, como dijo He Xuan, soy su entrenador, así que Qingxuan, te lo encargo, debe estar en excelentes condiciones para la otra competencia del otro sábado.

—No sabía que tenía competencia...

—He Xuan, deberías contarle esas cosas al pequeño Qingxuan, ¿o acaso te da vergüenza que te vaya a dar ánimos? ¡No seas tímido! Si los solterones de tus compañeros se llegan a burlar es porque tienen envidia. Aunque debo asumir que me sorprende que salgas con Qingxuan, es una belleza, claro está, pero como eres alguien tan silencioso nunca esperé que alguien tan radiante fuese de tu gusto ¡Realmente los opuestos se atraen!

Las mejillas de Qingxuan se tornaban más rojas con cada palabra ¡Pei Ming definitivamente estaba malinterpretando todo! Realmente quería negar todo pero con sus nervios solo lo haría más sospechoso ¡Y He Xuan tampoco se molestaba en explicar las cosas!

—¿Wudu sabe de esto?

Pei Ming por fin estaba yendo en la dirección que él quería: su hermano.

—No y quiero pedirle que por favor no le diga nada innecesario— pidió Qingxuan con una mirada suplicante.

El entrenador mentiría si dijese que esa mirada no fue su debilidad ¿Cómo negarse a una petición de alguien que se parecía tanto a su mejor amigo? Bueno, al menos se parecían físicamente, porque era impensable imaginar a Shi Wudu pedirle algo de esa manera.

—De acuerdo, no le diré nada, aunque ese idiota debería asumir que estás grande, incluso yo lo hago con mi hijo, pensar que está teniendo sus primeras citas, ha crecido tan rápido...

La nostalgia se podía sentir en la voz del mayor. Aunque su hermano y Pei Ming tuviesen 32 años, la vida personal de ambos era muy distinta. Su hermano por un lado era soltero, sin ningún interés en citas y su única preocupación era Qingxuan quien era diez años más joven. Por el lado de Pei Ming, era un padre soltero, tuvo a su hijo a los 17 años con una mujer mayor, ella una vez que dio a luz abandonó tanto al niño como al joven; ahora solo salía de cita en cita con cualquier mujer guapa, pero al llegar a casa solo era recibido por su hijo de ya 15 años: Pei Su.

—¿Pei Su tiene novia?— preguntó Qingxuan intentando voltear el tema, aunque realmente le agradaba el adolescente, era educado, responsable y cortés, mucho mejor que su padre a opinión suya.

—Eso intenta, la invita a salir pero no le ha propuesto nada. Me agrada Ban Yue, es una chica linda, espero que el torpe de A-Su se declare pronto.

—Dígale que lo apoyo— contestó Qingxuan sonriendo.

—Bien, creo que es momento de irme, no puedo seguir interrumpiendo su cita, nos vemos.

Cómo dejar de ser un idiota en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora