El cuadro Las meninas de Diego de Velázquez es la penúltima obra del pintor y es la más aclamada y famosa, ya que, consigue retratar el ambiente familiar, hogareño e íntimo de la realeza retratando a la Infanta Margarita rodeada de su pequeña corte.
Esta pieza forma parte del estilo barroco que contrasta la formalidad de la familia real y su entorno con la vida cotidiana común a todos. El contraste de luces y sombras junto con el juego de perspectivas conseguido mediante el espejo del fondo y las miradas de los personajes, pintados en tamaño real, genera la ilusión de estar dentro del cuadro.
El ambiente que Diego de Velázquez consigue transmitir en su cuadro Las meninas contrasta con la naturaleza de la familia. La familia real es considerada inalcanzable pero Velázquez logra que el espectador sienta la intimidad de un ambiente familiar.
El pintor logra, a través del juego de espejos y de luz, dar la sensación de que el espectador está inmerso en el cuadro: como un espejo que refleja la escena o que el espectador está en la posición privilegiada de los reyes que se reflejan en el espejo al fondo del cuadro.
La infanta Margarita como la figura principal de la obra, es retratada manifestando, a la vez, su origen real y su condición de niña. Se encuentra rodeada de sus damas de honor o de las meninas.
María Agustina Sarmiento es una de las meninas y, por lo tanto, dama de honor de la infanta. Se encuentra al lado derecho de la infanta Margarita o al lado izquierdo, desde la perspectiva del espectador. Está de rodillas ofreciendo en bandeja de plata un recipiente con barro rojo comestible a la infanta
-Te lo dije Sabrina, la rinoplastia fue lo mejor de tu vida -Comentó bourgueois ojeando una revista y recortando otras cosas.
-Es cierto, mi nueva nariz le da belleza a mi cara -Sabrina no paraba de mirarse la nariz en su pequeño espejo de maquillaje.
La sala del apartamento de Chloe era el mejor lugar para pasar el rato, su estilo era una mezcla extraña del renacentismo y lo moderno, tal como lo es París. Los muebles, las lámparas, mesas, portaretratos y algunas otras cosas aunque eran nuevas tenían un diseño antiguo; mientras que el televisor, el estéreo, y todos los electrodomésticos eran lo más novedoso.
-Tal vez me deba hacer algo más, como agrandar mi mentón o mis pómulos -No soltaba para nada el espejo a pesar de estar perdiendo el tiempo formulando preguntas absurdas sobre sus próximas cirugías plásticas.
Aunque en apariencia continuaba casi igual a su adolescencia, habían muchas cosas que Sabrina aprendio con el pasar de estos años y era que Chloe le opacaba. Siempre vivió bajo su sombra como la mula de carga o haciendo sus tareas, al principio aceptaba gustosa pero cuando se dió cuenta de su amor por la farándula se prometió nunca más volver a resolver ejercicios matemáticos para las tareas de alguien más.
Era cierto que el bisturí y el gimnasio lograron cambios en ella pero además de no ser significativos no tenía algún talento especial, no era hija de gente importante y sus conocimientos del mundo eran totalmente básicos, podía intentar ser polémica como otros habían logrado la fama, pero aún intentando lo más bajo ocasionalmente fue olvidada.
-Dios mío jajaja con la rinoplastia fue suficiente -Respondió Chloe con una risa de burla, la pelirroja hizo una cara de molestia pero fue ignorada-Además solo han sido seis meses desde la operación, tu cara todavía le falta desinflamar un poco.
-Bueno el rostro no -Dejo el espejo en su cartera y tomo una revista de la larga pila de estas-Pero qué tal un aumento de senos, como una copa C
-Tus senos no tienen nada de malo -Cortó enseguida.
-Son muy pequeños -Volvio a excusarse Raincomprix mientras rodeaba sus pequeños bultos por encima de la camisa.
-Los míos también son pequeños.
-No, los tuyos son medianos, como unas naranjas y los míos unos limoncitos.
La diferencia era casí mínima pero sí, el pecho de Chloe era firme y dotaba de elegancia a su figura mientras que el de Sabrina era casí plano.
-Sabrina -Dejo la revista sobre la mesa y dirigió toda su atención a ella-Para ser hermosa no necesitas caerte hacia adelante por tus pechos. Es mejor la modelo de cuerpo simétrico recuerda.
Una gran envidia se guardaba en el corazón de la pelirroja, cuando eran adolescentes Chloe hacía bromas de muy mal gusto sobre el cuerpo de los demás, juzgaba los cuerpos no desarrollados de sus compañeras y hasta le había dicho a ella misma "Tabla" "plana"; le molestaba que después de haberse aguantado tantos años escuchandola criticar ahora le estaba proclamando el amor propio y todas las tonterías de amarse tal y como es.
Sabrina apretó sus delgados labios, prefirió concentrar sus problemas en la revista y dejar a un lado esa conversación que le sacaba de quicio.
-¡Encontré un artículo sobre Luka! -Expresó Chloe con emoción arrancando las hojas completas y almacenando las en otro lado- Y hasta trae un poster.
-Imagina cuántas pubertas deben tener uno igual en sus habitaciones.
-Muchísimas, no te imaginas cuántos correos recibe de sus admiradoras.
-No te dan...celos? -Pregunto la pelirroja con malicia, pasaba las hojas con lentitud mirando de reojo como reaccionaria Chloe.
Pero la rubia notaba como desde hace rato Sabrina intentaba colmarle la paciencia, dejo la revista apartada en donde colocaba todos los recortes que tenían que ver con Luka y concentró toda su atención en darle una parada a la quisquillosa de su "amiga".
-No Sabrina.
-Como siempre haz sido tan posesiva, como cuando eras amiga de Adrien.
El ambiente se había colocado tenso de un momento para otro, Sabrina todavía intentaba refugiarse en la revista haciendo como si la fija mirada de Chloe no le molestará.
-Adrien y yo todavía somos amigos -Aclaró con la molestia marcada en cada palabra- Y no era posesiva, el era la única persona que podía ayudarme.
-Siempre es lo mismo Chloe -Sabrina dejo la revista sobre la mesa con furia- Acepta tus errores de una vez.
-Según tú qué es aceptar los errores?
-Intentas hacer como si nada de lo que haz hecho paso. Las personas que humillaste siguen ahí, el daño que causarte, las peleas, las heridas -Se levanto de su asiento buscando con las manos donde había dejado su cartera.
-Cierto Sabrina, así como tú esperas que la gente no te juzgue por tus errores yo espero lo mismo de tí -Estar sentada le daba una sensación de debilidad así que se levantó y le dió la cara - Te vez patética recriminando que no aceptó mis errores.
-¡Tu me llevaste a hacer eso! -Grito mientras le daba un golpe a la pared, cosa que asusto a Chloe.
-Yo no te dije nada, es todo tu maldita obsesión Sabrina, tú misma lo hiciste lo grabaste lo subiste ¡No soy la causante de los errores de tu vida!
-Como puedes decir eso con la conciencia tan limpia, de verdad te vas a hacer la inocente a estas alturas? -Encontro su bolso entre el cojín y lo guindo de su hombro.
-Cada quién toma sus propias responsabilidades Sabrina.
-Me voy de esta casa, ahórrate los mensajes.
-No creas que te voy a rogar, los bourgueois no hacemos esas cosas -Chloe se recostó contra la pared mientras veía a Sabrina caminar hasta la puerta del ascensor- Pero parece que tú sí eres experta en caer muy bajo.
Finalmente Sabrina se fue del apartamento, murmurando maldiciones con lágrimas en los ojos. El error de querer intentar ganar la fama subiendo videos donde perdía su poca dignidad parecía que siempre la perseguiria, que ilusa había sido al creer que la industria de la moda aceptaría a alguien como ella.
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La nueva monalisa
FanficChloe desearía que todos sus errores quedaran en el pasado, le gustaría que la gente le viera por como es ahora. Pero no todos saben perdonar. Tres elementos, una guitarra, un cuadro y un broche.