Impaciencia en sus labios;
la lengua ávida;
el apetito por tomar esas vendas y desgarrarlas;
el panorama es exquisito;
porque es Dazai;
los dientes de Chuuya sobre su piel;
rota una vez, rota dos veces.
Los zafiros lloran al final;
y una voz dulce consuela:
no hay de qué preocuparse.
Esa inocente mentira;
él se atreve a repetirla;
y Chuuya le cree.
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Twenty two #Soukoku
FanfictionChuuya se promete a sí mismo recordar éstos momentos y nuevas sensaciones, creyendo que si lo hace no caería ante la locura y los juegos de Dazai, pero él es como un imán, está obligado a sentirse atraído a su mirada, a su voz, a sus toques. A su re...