Fate & Dragons

Jugar a Tug-a-war con un Dragón

Poco después de que Astrid y Bocón salieran de la casa de los Haddock para irse a casa, dejando a Hiccup paseándose. Sintiéndose como una rueda añadida, Estoico se volvió escasa decididamente al patrullar con Thornado. Mientras tanto, Chimuelo observó los movimientos inquietos de su amigo y sus murmullos. -¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Cómo arreglo esto? Ok, subo y me disculpo, luego ... entonces ... ¿Qué hago entonces?-

Hiccup reanudó el ritmo tratando de pensar en qué más decir. Tenía que hacer más que disculparse con ella, tenía que ganarse su corazón. ¿Qué hacen los montañeses cuando cortejan? Los cortejos vikingos serían un poco demasiado para una princesa escocesa después de todo. ¿Cómo era la chica escocesa? A las chicas vikingas como Astrid les gustaban las armas, ¿tal vez un hacha o una espada? No, la princesa intentaría asesinarlo. Ella ya lo había atacado con una rama de árbol y mineral de barco. Está bien, no armas. ¿Armadura? A Brutilda le gustaba las armaduras, no más cosas de chicas vikingas. Mérida era una princesa escocesa, necesitaba hacer algo parecido a la tradición escocesa de cortejar. Mientras pensaba más, se concentró en lo que sabía de la princesa, ella amaba el tiro con arco. No, él no quería ser un alfiletero sin arcos ni flechas.
Finalmente gimió y se dejó caer en una silla cercana derrotado antes de comenzar. -Es inútil, Chimuelo. Arruiné todo en cuestión de minutos-

Chimuelo lo miró con los ojos muy abiertos y curioso mientras Hiccup se frotaba la frente para aliviar un rápido dolor de cabeza. Luego, Chimuelo miró hacia la habitación de Hiccup y luego de vuelta a Hiccup. Chimuelo repitió el movimiento como si juntara algo en su cabeza. Para Chimuelo debe haber sentido que todo fue culpa de Mérida, estaba haciendo que Hiccup estuviera tan irritable. Los ojos del dragón se estrecharon y Hiccup ni siquiera notó al dragón subir arriba. Por un momento, Hiccup todavía pensó que Chimuelo estaba a su lado cuando comenzó a decir. -No lo sé...-

Fue interrumpido por el grito de Mérida y saltó derecho, sin pensar que corrió directamente a su habitación. Irrumpiendo en la habitación, se sorprendió por lo que vio. En cualquier otro momento, las payasadas de Chimuelo lo habrían hecho estallar en carcajadas, pero esta vez sus ojos estaban muy abiertos y sus mejillas se pusieron rojas. Mérida debió salir de la bañera y envolverse con una toalla, pero ahora parecía que Chimuelo estaba tratando de tirar de ella con la toalla hacia abajo. Un tipo de tira y afloja comenzó con Mérida tratando de mantener la toalla sobre su cuerpo. Hiccup parpadeante se sacudió de su mirada y los intervino para detenerlo. 
-Chimuelo no!-

El dragón inmediatamente lo soltó y volvió a mirar a Hiccup como para preguntar: "¿Qué? Solo estoy tratando de ayudar" Frunciendo el ceño, se acercó y le dio unas palmaditas a Chimuelo antes de mirar a la princesa que sostenía la toalla con fuerza y ​​retrocedía. Al ver la mirada aterrorizada en sus ojos, Hiccup levantó las manos. -Está bien, no te lastimaré, y lamento todo esto- Hizo un gesto a su alrededor, y cayó en el viejo hábito de divagar, -Y por asustarte, y que Chimuelo venga ...-

Inmediatamente, Hiccup se fue apagando, había tratado de enfocarse en su rostro en lugar de verla de una manera tan vulnerable, pero solo funcionó por mucho tiempo. Sin embargo, lo que lo hizo desviarse fue porque notó algo y una mirada de preocupación cruzó su rostro. Sin palabras, él se acercó a ella cuando ella retrocedió en una esquina y él la alcanzó. Mérida sabía que tenía pocas posibilidades con el dragón y Hiccup e inmediatamente cerró los ojos. Ella sintió que sus dedos le acariciaban el cabello hacia atrás y le tocaban ligeramente el hombro.

-Oh dioses, ¿hice eso?- Las palabras salieron de la boca de Hiccup y sonaron horrorizadas, fue entonces cuando Mérida lo miró. Estaba mirando y Mérida siguió su mirada hacia su hombro azul oscuro y magullado mientras sus dedos recorrían ligeramente la herida. 
-¿Cuándo sucedió esto? ¿Por qué no dijiste nada?-