Solo amigas, no lo olvides

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—¿Así que al final si vas a salir con ella?

—Bueno, si.—Lapis juega con su cabello, esperaba con ansias volver a ver a Peridot.

Sabia que solo sería una salida de amigas, pero eso no evitaba el que sintiera su pierna temblar un poco de emoción.

Al fin había logrado invitarla a salir, y esta vez no hay vuelta atrás.

—¿Qué hizo que cambiara tu opinión?—Perla no ayudaba a su estado de ánimo con estas preguntas.

—Es solo que, me sentí culpable por cancelar a ultimo minuto la primera vez, debía reponérselo de algún modo.—Eso sería suficiente.

Perla le sorprende la manera que se comporta, pues Lapis no era alguien que hace el primer movimiento. Aún si su amiga llevaba tiempo sin meterse en el enredoso juego del amor.

Pero aún con este gran progreso, Lapis sigue siendo algo tímida con esta clase de cosas.

Y durante esa conversación ligeramente incómoda para Lapis, gracias a todas las estrellas fue interrumpida por Peridot, quien sale del cuarto completamente lista para esta cita de amigas.

En cuanto sus ojos le prestan atención a quien acaba de llegar, Lapis Lazuli podía jurar que su corazón se saltó un latido en el momento que Peridot entró.

Su cabello corto y rubio completamente suelto.

Su shorts de mezclilla clara que lucia esas piernas pecosas.

Su blusa larga y suelta que cubría la mitad de sus brazos pero enseñaba los hombros y su clavícula para recompensarlo, dándole ese toque elegante a pesar de ser una prenda algo simple.

Su ligeramente imperfecta pero hermosa sonrisa al ver a Lazuli.

Su mirada esmeralda que mostraba alegría por verla.

Dios santo, Peridot se veía hermosa.

Maldita sea, ahora se sentía como si no lo intento lo suficiente; solo llevaba un overol de pantalón casual, camisa blanca con estampado de tiburones y sandalias.

—¿Lapis? ¿Estas bien?—

—Oh.—Lapis reacciona casi de inmediato.—No pasa nada, es que me quede pensando.—Lapis se levanta del sofá rápidamente, ya no hay vuelta atrás, el momento ha llegado.

—Bien, ya es hora de irnos.—Lapis toma su bolsa del sillón.—Pero no te preocupes mamá pájaro, que yo me haré cargo de cuidarla Y de que no volvamos tan tarde—Lapis le gusta bromear mucho con la manera que Perla trata a Peridot, casi que parecía su hija en lugar de solo su prima.

Perla refunfuña.—Por favor, no empieces con ridiculeces.—nunca lo va admitir, pero la verdad si le daban gracia esos chistes de Lapis.

Lapis solo ríe con Perla.—Bien, nos vemos mañana.—

—Oh, Lapis, ¿por donde se irán?

—Bueno, nos iremos en metro al otro lado de la ciudad en donde esta en museo natural.—

Perla parecía preocupada por la respuesta de Lapis.—Hey Lapis, si quieres puedes tomar mi auto para irse.—

—¿Qué? Pensé que Amatista se lo había llevado

—No no, ella se fue en su moto.—Perla se dirige a su bolso para darle las llaves a Lapis.

—Wow Perla, gracias pero no crees...

Perla le da las llaves en la mano.—No me gustaría que terminaran en un lugar peligroso por culpa de tu pésimo sentido de orientación.—

Lapis no está segura si tomar esta oportunidad, pero no iba a discutir con Perla. Ella cierra la mano con las llaves.

El dilema Lazuli.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora