Al día siguiente, el sol decidió presentarse una vez más para alumbrar el día y aportar ese calor de Julio.
Como toda lluvia, al igual que cada tormenta y huracán, termina dejando rastros atrás. Algunos son más notorios que otros, pero eso no les quita importancia ni propósito.
Esta lluvia no dejó nada más que charcos de todos los tamaños, un olor notable a tierra enlodada y unas cuantas nubes que anhelan cubrir el sol, pero no están lo suficientemente cerca para hacerlo.
Nadie de las personas que dormían ahí estaba despierta aún en ese minúsculo departamento. Aún si un tenue rayo de sol lograba escabullirse por la ventana, aún con los pájaros que acompañaban a esa melodía tan característica de la ciudad, el silencio era la cosa que más predomina en el lugar.
O bueno, predominaba hasta que el celular comienza a vibrar junto con esa clásica alarma que fue diseñada para molestar hasta alguien de la calle.
Lapis de poco a poco comienza a renunciar al sueño, hasta que después de unos minutos de solo tener los ojos cerrados, sosamente los abre como si fuera otro día más.
Parece ser un día más. Desactiva la alarma, se queda contemplando el abismo por culpa del sueño, pero aún con sueño, ella sale de la cama con el simple hecho de ver si Peridot ya se había levantado, tal vez aún seguía dormida en el sofá por lo callado que estaba el lugar.
Pero con solo bajar las escaleras, Lapis se da cuenta de un detalle que sería insignificante en otro contexto pero aquí, era un clavo significante.
Primero que nada, el sillón estaba vacío salvo a la colcha que le prestó a Peridot, la cual estaba perfectamente doblada en este.
Y Peridot, en ninguna parte.
Ni fuera del apartamento para fumar.
Ni utilizando el único baño de ahí.
Lapis estaba confundida, por supuesto. Le enojaba que Peridot se haya ido de esa manera, casi se le hacía como una falta de respeto.
Pero hay que ver el lado bueno, al menos Peridot dejo una nota pegada en el refrigerador.
"No podía quedarme,
Perla se preocuparía por mi.
Disculpa la molestia,
aprecio tu bondad.-Peridot"
Una nota construida a basa de traductor. Pero eso no quita que Peridot tiene una caligrafía muy linda.
Tras leer la nota, Lapis la arruga con sus manos desquitando esa poca frustración que salió tras la inesperada partida.
Ahora no es tiempo de hacer corajes. A seguir con la vida como si nada hubiera ocurrido aquí. Y con esa ideología en mente, Lapis se arregla para comenzar su día.
(...)
—Savez-vous combien la ville est dangereuse à ces heures-là, PERIDOT?! CE N'EST PAS LA VILLA O TOUT LE MONDE SAIT, CECI EST EMPIRE CITY.
Durante toda la noche y parte de la mañana, Perla ha estado más que preocupada por saber donde se encontraba Peridot, pues era su responsabilidad que la extranjera volviera a casa sin rasguño alguno.
Y claro que, cuando tuvo que levantarse a las 5 de la mañana solo para abrirle la puerta, la estuvo cuestionando para saber acerca de su paradero. Pero la chica solo apartó a Perla de su camino y se encerró en su cuarto para dormir un poco antes de que fuera la hora para empezar el día.
Cosa que, por obvias razones, enojo más a la ojiceleste.
Peridot rueda los ojos.—Au moins je suis resté dans un hôtel au lieu de rentrer chez moi par les transports en commun quand la pluie est devenue plus forte.—argumenta irritada porque Perla no la deja leer en paz si libro.
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El dilema Lazuli.
أدب الهواة"Hoy nada esa fuera de su lugar. Tal y como el día de ayer ó antier, al igual que el día anterior ó la semana anterior, junto al mes anterior ó el año anterior. Todo es y siempre será la misma melodía que se repite una y otra vez." Así era su vida e...