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Me quité la uña de acero, lo tomé del cuello como si fuese a besarlo pero no lo hice, cosa que lo desconcertó.

-Sé que me matarás de todas formas pero al menos déjame tenerte Kira.

Me le subí encima quedando a horcajadas sobre él, solté un poco las cadenas para que tenga más movilidad en sus brazos que deduzco por tantas horas así estaban entumecidos. Muchas veces no daba respuestas verbalmente pero mis actos si le respondían. Supo mi respuesta cuando lo besé, su lengua buscando jugar con la mía y encantada acepté. Lograba acariciarme pero sus toques eran débiles por estar tan dormidos y le dolían porque aún estaba con los grilletes encadenados a la camilla.

-Sientes que te pesan los brazos ¿cierto?

-Sí, apenas puedo moverlos pero quiero tocarte.

Depósito un beso en cada brazo, luego me despojó de toda mí ropa quedando totalmente desnuda ante él, y lo despojó de la única prenda que trae puesta, su bóxer gris. Como puede se sienta sosteniéndome por mí espalda baja para que no me vaya a caer. Me acerca para besarme y ambos nos dejamos llevar por la lujuria, para ir calentando motores me muevo lento hacia adelante y atrás rozando nuestras intimidades para crear fricción cuando, sin querer, se lastima la herida pero le resta importancia y va dejando besos mojados por mi cuello.

-Podemos parar si quieres.
-No, te deseo demasiado Kira.

Es por ello que rara vez preguntó, es una rareza que un hombre rechace el sexo aún estando éste convaleciente. Por esa razón me voy más por lo letal.

Guíe su serpiente sin veneno hasta mi entrada comenzando a moverme despacio, su herida comenzó a teñir su piel, ver la sangre siempre me volvía loca, es por ello que me moví más rápido iniciando así un juego de rapidez y lentitud a la vez no buscaba lastimarle pero él no quiso detenerse cuando le dí la oportunidad y volvería a dársela pero no es lo que me dice su mirada, sus gemidos, sus toques débiles en mí piel me piden parar pero su mirada dilatada me insta a seguir. Me lame el cuello y nos fundimos en un beso desesperado, sentí su sangre manchar mi piel pero ambos ignoramos ese detalle, mí cuerpo tembló bajo el placer orgásmico en los brazos de mí presa, seguí con los movimientos unos minutos más hasta que él también llegó, y tal cual vino su venida también se derramó más su sangre terminando así de mancharme gran parte de mi abdomen y piernas. Me separé de Zace luego de darle un casto beso en los labios y otro donde estaba su herida. Así desnuda empecé a desinfectar está con alcohol, me llevé un trago de vodka negro y le pasé también la botella a mí víctima, y así amarrado despoje su cuerpo de todo rastro de suciedad para luego limpiar el mío, ya tendría tiempo de darme una refrescante ducha más luego. Guardé mi botella de vodka y alimente al pobre Zace que no había comido en horas, me había olvidado de darle comida y él que no se queja.

Le eché varías gotas a su jugo de Dorlim, con esa sustancia dormiría por largas horas. Y luego de darle de comer frutas y sopa, esperé hasta que los efectos le cobrarán factura y se quedó dormido cuán nene recién nacido. Antes de marcharme aseguré los grilletes cortándole toda vía de movilidad, también guardé todas mis armas sin dejar nada a su alcance, en pocas palabras de aquí no escapa, todo lo tengo con códigos y controles, todo lo puedo manejar desde mi celular y si quisiese intentar escapar moriría en el intento, aunque de los grilletes encadenados no podría liberarse y más en su estado.

Agregué más grilletes, uno en su cuello y otra en las caderas, siempre había que considerar lo peor.

»Primero muere en el intento antes de burlar mi sistema de seguridad.

Y si más me conduje hasta mi habitación, donde me fui directamente al baño permaneciendo allí más de una hora.

»¿Te gusta la vida que tienes?
«Cómo no me va a gustar.

Atrapando Y Torturando a Álex +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora