"La Canción"
Sus labios temblaban, no quería creerlo, no quería hacerlo. Demonios, ¿Qué había hecho? La mente de Leone comenzaba a nublarse mientras sostenía el cuerpo de su amado, quien lo miraba con una leve sonrisa, con esos bellos ojos azules como el mar, temiendo el jamás volver a verlos resplandecer en su miserable vida de nuevo.
— Eres un idiota... — sollozó el mayor sosteniendo la herida del menor.
— Lo se... — respondió el menor — Pero ya no lo seré más...
— No digas eso, vas a estar bien — exclamó el mayor con enojó — ¡¿Porque carajos lo hiciste?!
El pelinegro soltó una suave risa, a lo que Abbacchio lo miró con inconformidad, ¿Porqué reía en un momento así?. Bruno colocó su suave mano en la mejilla del mayor y lo miró con ternura.
— Mi amado Leone...
En ese momento sintió una hermosa paz, estar en los brazos de su amado era como estar en el paraíso. Sus ojos comenzaban a cerrarse. Estaba cansado, adolorido. Su mano comenzaba a caer lentamente de la mejilla del contrario. Estaba dispuesto a partir, había hecho lo necesario. Passione ahora tiene un buen líder, sus antes subordinados ya son lo suficientemente grandes para seguir adelante por su cuenta. Pero... ¿Que hay de Leone?
— Bruno... — dijo Abbacchio quebrado, tomando la mano fría de Buccellati con fuerza — Quedate, Por favor quédate... No vayas a abandonarme...
— Leone...
El albino tomó la mano del menor, la posicionó en su pecho y lo miró a los ojos mientras lágrimas corrían por aquellas pálidas mejillas. El corazón de Leone estaba palpitando con fuerza mientras sollozaba en silencio.
— Tú hiciste que mi corazón funcionará de nuevo, amore mío... — dijo el mayor con la voz quebrada — Porfavor... Permiteme intentar que el tuyo funcione de nuevo...
Los ojos del menor brillaron un poco ante las sinceras palabras del mayor, haciendo que sus ojos se humedecieran. Lo sintió, sintió el dolor por el que estaba pasando Leone en ese momento. Era el mismo dolor que el mismo sintió cuando era pequeño y sucedió el incidente de su padre, el temor a perder a la persona que más amas es el peor dolor que puede tener un ser humano. Ahí Bruno lo comprendió ¿Que estaba haciendo? ¿Estaba dispuesto a abandonar al amor de su vida? ¿En realidad valía la pena morir? No estaba seguro de nada... Pero no quería abandonarlo, no a él, no a ese hombre que hacía su corazón latir con fuerza.
— Abbacchio... — dijo la débil voz
— No me dejes... — rogó el mayor — Por favor...
Las sirenas de la ambulancia ya se hacían escuchar, estaban cerca. Las plegarias de Abbacchio fueron escuchadas, pero, ¿será demasiado tarde?
Al escuchar las sirenas, el mayor tomó al joven pelinegro entre sus fuertes brazos para salir del departamento y llevarlo a la ambulancia para que el personal encargado se encargará de la herida del menor. No era muy profunda, pero había perdido demasiada sangre.
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{ Deep Blues } (En Edición)
RomanceEl corazón del joven jefe de Passione, Bruno Buccellati, esta dolorido por aquellos recuerdos del pasado, donde el y su padre eran felices antes del fatídico accidente que cambió su vida para siempre. Leone Abbacchio, consigliere del jefe, hará todo...