—¿Y a donde vamos? —Le pregunté a Erick mientras conducía, rodó los ojos y negó
—Callate y déjame conducir, cuando lleguemos lo sabrás —Contestó, yo solo asentí. Llegamos a un bar algo tranquilo, había música jazz dentro y si, podías ver cierta obscenidad por algún rincón no muy bien iluminado
Nos acercaremos a la barra y Erick pidió dos tragos de lo más fuerte que tuvieran, nunca fui aficionado al alcohol, jamás me había estado ebrio como para no poder caminar sin caerme, cosa que Erick si, él parecía a veces un barril sin fondo, por eso sabía que estaba con el indicado para beber
—¡Salud! Por nuestros corazones heridos —Dijo Erick mientras me entregaba en trago, ambos alzamos nuestros vasos y los chocamos para después beber hasta la última gota
Ese trago estaba muy fuerte, en verdad hacia quemar la garganta, parecía lava ardiente
—¡Esto sí que está intenso! —Dijo él, yo asentí —¡Dos más iguales por favor! —Pidió dándole los vasitos —¿Como te sientes, amigo? ¿Te sigues sintiendo mal por su abandono? —Me pregunta, yo solo hice una mueca
—La necesito, ella es mi chispa, iluminaba mi casa y ahora parece un cementerio —Dije con pena
—Bueno, la pregunta es... ¿Tú la amas? ¿La amas en verdad? —Preguntó Erick, los vasos fueron colocados frente a nosotros y yo solo miraba el mío
—Tanto que creí que no necesitaba recordárselo —Dije mientras negaba
—Bueno, entonces salud, por una chica espectacular —Dijo Erick mientras alzaba su vaso
—Salud —Lo seguí mientras tomaba el trago de golpe
¿Qué si amaba a mi mujer?
Hace apenas unos días me di cuenta que si, que la amaba demasiado, que fuí yo el que había arruinado nuestro matrimonio.
Cada cosa de ella, me complementaba
Todo se trataba de ella, dejé todo el trabajo en ella, deje que ella me amara sin yo corresponder como ella se merecía, esa monotonía me hizo creer que ya no la amaba.Pensé que con decirle una vez que la amaba, ella lo recordaría todo el tiempo, pero yo, me sentía feliz cuando ella me decía que me amaba
¿Por qué yo no hacia lo mismo con ella?
Yo fui el idiota que apagó todo, yo fui quién creyó que ya tenía la partida ganada y que ella no podría dejarme, creí que su paciencia era eterna, creí que simplemente todo se haría por arte de magia, pero me equivoqué, incluso me negaba a creerlo, a recordarle que la quería, a ser más sensible con ella
Lleve meses comparándola con otra mujer, pensando que otra mujer era mejor que mi esposa, cuando no era verdad, mi esposa era mejor que todas y no lo supe valorar.
Ella podía hacerme cambiar de humor en un santiamén, simplemente me cerré a seguirla enamorandola, creí que nadie podría quitarla de mi vida.Trago tras trago, Christopher seguia bebiendo cuando ya no podía ni siquiera mantenerse de pie, sus ojos rojos y lagrimeantes, Erick estaba apunto de quedarse dormido sobre la barra
—¡Quiero a mi esposa, llamenla! —Dijo Christopher mientras bebía su último trago —Otra ronda por favor, mi amigo y yo todavía podemos —Pidió arrastrando cada una de sus palabras
[>>>]
Pasaba de media noche y _______ seguía despierta, se dirigió a un baúl que había en una esquina de la habitación, saco sus llaves y eligió una pequeña llave, nadie podría abrir el baúl a excepción de ella, giró la llave sobre la cerradura y el baúl se abrió, ella sonrió al instante, esas eran cosas de su adolescencia, de su adultez, cosas de la universidad y cosas sobre su amor
Cartas, un suéter azul, unas entradas del cine, un corazón hecho de papel, una cajetilla de cigarros azules que Erick alguna vez habían comprado por qué parecían de la Cenicienta, un ukelele y una rosa de tela muy bonita
—Cuando está rosa se marchite, mi amor morirá con ella, guárdala y cada vez que sientas que no te ame, sácala y ve lo intacta que seguirá —Me dijo Christopher mientras acariciaba mi mejilla, nuestro tercer mes de relación y Christopher ya me había jurado amor eterno, yo simplemente deseaba que cumpliera su promesa
Ella miro la rosa con pesar, él no había cumplido su promesa, él había dejado de amarla. Christopher había hecho tantas promesas de amor que ahora solo quedaban en el aire
—¿Quién es a estas horas? —Se preguntó mientras tomaba su celular, el cual sonaba —¿Qué quieres Christopher? —Contestó molesta
—Ah, buenas noches, yo no soy Christopher, mi nombre es Gideon, trabajo en el bar Magic Night , quería ver si podría venir por su esposo, él está muy ebrio al igual que su amigo y no quiere irse en taxi, quiere que venga su esposa por él.
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Una y Mil Palabras de Amor ||C.V.&TÚ||CORRIGIENDO
FanfictionUn hombre inspirado siempre por el dolor y la soledad, buscando ese algo que le diera un nuevo sentido a la vida. No sabe si fue destino o la causalidad que hizo que ella apareciera en su camino, pero gracia a ello su lápiz se comenzó a inspirar. ...