𝐃𝐎𝐒 𝐌𝐔𝐍𝐃𝐎𝐒 《𝓔𝓻𝓲𝓬𝓴 𝓑𝓻𝓲𝓪𝓷 𝓒𝓸𝓵𝓸𝓷》

18

Nos encontrábamos adentro del recinto donde estaríamos por la próxima hora y los chicos ni entendían dónde estabamos.

-¿Que es esto?

-Un escape room chicos -me voltee a mirarlos.

-¿Un qué?

-Vecina dime lo que yo creo que es -dijo Rich mirándome emocionado.

-Espero que sea lo que tú piensas.

Caminamos donde un hombre estaba esperandonos con una sonrisa más grande que la de pennywise.

-¡Hola chicos bienvenidos a Escape Room! ¿Habían venido a este lugar antes.

-No -dijeron todos a coro, exceptuandome porsupuesto.

-Excelente, ¿Saben de que trata al menos?

Ellos volvieron a negar.

Les explicaron en que consistía el juego, básicamente nos encerraban en un cuarto que tenía una temática asignada y nosotros teníamos que intentar descubir pistas para salir de allí durante 1 hora.

-¿Entendido?

-Si -dijimos todos.

-Bueno, el tema que les tocará a ustedes será cura mortal.

-¿De que trata ese? -preguntó un Richard muy emocionado.

-Estan en medio de un ataque zombie y en el cuarto que estarán encerrados deben encontrar la cura y la llave para salir porsupuesto.

-¡Excelente! ¿Que esperamos?

-Vamos -dijo el hombre encargado del juego.

Entramos a la escena que nos habían asignado, nos dieron unas pequeñas reglas y comenzaba el juego.

-¡Busquen por todos lados! -les dije mientras me movía rápidamente.

[...]

-¡Encontré la llave! -dijo Erick.

-¡Abre ya! -le dijimos todos en conjunto.

Logramos salir y comenzamos a celebrar con bailes raros.

[...]

Luego de irnos, pasamos por el Auto-Mac por algo de comer y partimos rumbo nuevamente al hotel.

-Lo pasé increíble -dijo Chris mientras mordía su hamburguesa.

-Estuvo de lujo, América deberías pensar más seguido -habló Joel que ahora ya no estaba enojado.

-Gracias por el cumplido Joey -le respondí sarcásticamente.

-¿Y ahora que haremos? -preguntó Camila.

-Los chicos tienen que arreglar sus maletas para el vuelo -habló Renato.

-Ya escucharon.

Al llegar al estacionamiento subterraneo, nos bajamos y emprendimos camino a la habitación.

Cuando llegamos, todos nos lanzamos al sillón, exceptuando a Erick.

-Mer, ¿Me acompañas? -me dijo el Cubano mientras me tendía su mano.

-Voy -me levanté con su ayuda.

Caminamos hacia la habitacion, el balcón para ser más específicos y nos apoyamos en este.

-¿Que pasa Colón?

-Bueno, yo quería decirte si -se rascó la nuca- Si quisieras...no sé, tal véz te gustaría, quizá, salir a algún lado esta noche.