Astorias abrió lentamente los ojos, no podía reconocer el techo que se encontraba sobre su cabeza. Acaso ¿habría sido un sueño?, ¿aquel padre en el templo?, ¿ese relampagueante golpe en su pecho?, no parecía ser así, sentía el dolor aun en sus músculos al intentar moverse, al intentar sentarse donde quiera que se supone que estuviera, tardo un rato en recomponerse y levantarse, tenía vendado todo el torso y sentía un dolor intenso pero tenía que saber que era lo que estaba ocurriendo.
Lentamente tambaleo hacia la puerta y la abrió, camino por un pasillo hasta que consiguió llegar a la gran capilla donde había hablado con aquel hombre, el alto padre, abrió la puerta un poco y vio que ahí se encontraba meditando arrodillado frente a un altar con el símbolo de un escudo con varias armas, apenas el joven Astorias cerró la puerta tras de sí aquel hombre hablo sin moverse para mirarlo.
-Veo que ha recuperado la conciencia, creo que puedo confiar en que no saldrás corriendo, puedo sentir algo diferente en ti distinta a los demás, no, no eres de los escapa, eres peor que eso...
-Estoy listo para comenzar con lo que tengo que aprender-se acercó aun cojeando del dolor al meditativo padre- necesito reanudar mi trabajo lo más pronto posible y...-el padre levanto y cerro el puño una mano en señal de silencio, el joven intento seguir con sus palabras pero antes de que jalara aire para hablar el alto padre levanto un dedo, paso un minuto, paso dos minutos en silencio.
-Eres peor que eso, decía, eres de los que cree que puedes venir y llevarte el poder sagrado como si de una espada se tratara, estas aquí porque es lo que necesitas, no lo que quieres, estas aquí porque es tu destino, guarda silencio, aprende a escuchar- respiro profundamente y prosiguió hablando luego de un corto momento-ven, acércate, ponte como yo y abre tu mente un poco
Comprendió que repetir una vez más que tenía prisa resultaría infructuoso, aunque no podía sacarse de la cabeza que tenía que terminar su investigación por alguna razón las palabras de aquel hombre parecían tener sentido, se acercó y con dolor se arrodillo cerrando los ojos y respirando profundamente, trato de limpiar su mente de todo pensamiento, toda preocupación y sentimiento.
-bien- murmuro el alto padre-He visto guerreros, caballeros, campeones venir a buscar el poder de nuestro señor y hermano Kord, todos con la misma razón aunque diferentes circunstancias, algunos querían el don de proteger a un ser querido, otros buscaban la gloria en el mundo, otros deseaban la fuerza para derrotar a un enemigo jurado, pero todos buscan lo mismo, poder...-Astorias supo que no era buena idea interrumpirle para explicar su situación, paso un minuto más de silencio y el padre prosiguió-la fuerza para alcanzar sus metas, en sus casos la guía correcta los llevaría a esas...efímeras pero seguras pruebas, en tu caso joven espadachín, eres una espada rota, fragmentada por completo, eres débil y apenas puedes levantar tu propia espada pero todos tienen derecho a la compasión de nuestro señor y son aquellos jóvenes débiles que aun siendo unos inútiles que no pueden vencer al más patético de los rivales a quienes más valora nuestro señor, aquellos débiles que a pesar de que su fuerza física no vale nada se niegan a rendirse y buscan una forma de ir mas allá, en tu situación muchos se hubieran rendido, seguro lo pensaste o lo hiciste probablemente, pero vi tu férrea determinación, una como nunca había visto antes en mis casi 90 años de servicio, eres una espada rota la cual se puede re forjar en un arma digna de las historias que serán contadas cuando ya no estemos, la pregunta es...¿tendrás lo necesario para ser digno de tal don? Tienes la determinación pero no la paciencia.
Paciencia, como podría tener una pisca de paciencia cuando de una hora, un día puede depender que todo salga bien o mal pensó Astorias, pero aunque le dolía bastante aceptarlo el padre tenía razón, era una espada rota, inútil y sin esperanza de cumplir su misión solo con buenas intenciones, necesitaba hacerse más fuerte antes de proseguir, exhalo y respiro una y otra vez tratando de pensar, que diría su princesa en aquel momento, ella le diría que era su deber como caballero procurar ser el mejor y un ejemplo de persona para el resto del pueblo, la paciencia era una virtud y dejarse llevar por sus emociones era lo primero que un guerrero debía aprender para no dejarse ser presa de provocaciones enemigas.
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La sombra de Imberia
AdventureUn basto imperio gobernó una vez bañado por la luz con justicia y poder, con determinación se enfrento a un poderoso señor oscuro el cual fue derrotado y sellado en una tumba antigua, el emperador 3 herederos trillizos tuvo y en su guerra por el tro...