Enfermos Mentales: Edificio del terror. [Libro 2]

☆Capitulo 24: El secreto de Kiara.

Enfermos Mentales. Capítulo 24: El secreto de Kiara.

En el patio del E.D.T.I, Kiara caminaba tranquila con la mirada en el verde pasto, mientras deslizaba sus dedos por la liza pared exterior del edificio. Cuando de repente sintió como alguien la tomaba de los hombros y la estampaba de espaldas contra la pared. Gimió por el impacto a la vez que levantaba la mirada, viendo como Elizabeth la observaba con ira. Sonrió divertida mirando a los lados como Alex, Erick y Shey la rodeaban.

—Esto nunca deja de ser excitante —dijo en un gemido mientras mordía sus labios.

—¿Qué diablos me hicieron anoche? —preguntó Elizabeth sin dar rodeos.

—Oh, así que sí lo hiciste. Creí que no serías capaz. ¿Qué viste exactamente?

—Luces, camillas, agujas, ¿Qué era todo eso?

—¿Qué crees tú que era? Vamos, ¿Qué creen todos? Digan lo peor que se les ocurre, y les aseguro no estarán ni cerca —dijo esta vez para todo el grupo.

—Mira, no sé quien diablos eres, pero no es momento para bromas y acertijos. ¿Qué carajos pasa aquí en las noches?

—¿Sheyla, cierto? Eli hablaba mucho de ti. Bueno, realmente no, trataba de no pensar en ninguno de ustedes mientras estaba aquí. Pero se le escaparon sus nombres alguna vez —miró detrás del hombro de Eli—. Tú debes ser Alex, ¿Verdad? Intentas ser el héroe, pero eres tan cobarde como todos ellos. Así es como te describió ella.

—También es un gusto conocerte —respondió Alex haciendo caso omiso a sus provocaciones.

—¿Por qué hay una enfermería escondida y por qué nos llevan ahí en las noches? ¿Nos hacen pruebas? ¿Nos sacan órganos…?

Eli se detuvo al ver como Kiara seguía con la mirada asustada algo detrás de ella. Se giró mirando a sus espaldas, viendo como la secretaría le dedicaba a Kiara una mirada seria y amenazante detrás de sus gafas. Elizabeth miró nuevamente a Ari en busca de respuestas, pero esta solo respiraba asustada.

—Si no les digo es porque si lo hiciera, aparecería colgada en mi habitación al día siguiente.

—¿Por quién? ¿OX o el internado? —se arriesgo a preguntar Eli, debía saber si Kiara conocía al psicópata.

Los demás la miraron sorprendidos.

—Por alguna persona encargada de matarme. Hablo en serio, está gente no juega. No confíen en nada de lo que les digan.

Elizabeth no pudo evitar no pasar por alto el hecho de que Kiara no preguntara quien era OX. Quería seguir investigando sobre ese tema, pero tenía miedo de las respuestas.

—¿Y por qué deberíamos confiar en ti? —preguntó Alex con recelo.

—Yo solo digo lo que puedo, creerme o no depende de ustedes. Lo que sí sé es que soy la única pista que tienen… no querrán que esta pista muera también, como aquel hombre en la granja de Portland, Maine… —Kiara, al ver como Sheyla se estremecía al escucharla, supo que había logrado su objetivo.

—¿Tú cómo sabes eso?

—Creo que está claro que sé muchas cosas —respondió a Sheyla, zafándose del agarre de Eli—. Muchas, y la recompensa a cambio de no contar todo lo que sé... es valiosa —dijo alejándose del grupo y caminando hasta el centro del patio.

—¡Kiara! —llamó Eli atrayendo su atención—. ¿Tu estabas aquí anoche?

—No —confesó después de unos segundos—. ¿Ahora entiendes por qué me escapo siempre.