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Arya salió del castillo y se dirigió al árbol corazón. Todos se encontraban allí sentados frente al gran árbol. Vió a Gendry sentado al frente de todo, junto a el estaba Davos y en su otro lado había un asiento vacio.
Después vió a Podrick que estaba en el medio, pero veía la mano del chico apoyada al lado suyo.
¿Que pasaría si Gendry también le había guardado un asiento? ¿sospecharía si ella no va?

- Ve -susurra su hermana a sus espaldas-

- ¿Qué? -dice mirandola con el ceño fruncido-

- El asiento que me dieron es muy alejado y sé que Gendry es lo suficientemente cortés para cederme tu lugar -le guiña un ojo y se alejó dejando a Arya sorprendida-

Ella suspira y se acerca a Podrick.

- Hola -dice ella suevemente-

- Mi lady -se levanta contento- viniste -menciona sin poder evitar alegrarse-

- Dije que vendría -sonríe ella-

- No creía que lo harías, sonaba muy loco que lo hicieras

- ¿Por qué? -dice confundida-

- No me considero digno de sentarme al lado de la dama mas bella de todo El Norte -dice con leve sonrojo en sus mejillas-

Ella tuvo la descencia de sonrojarse, mientras miraba al suelo. Arya se había quedado sin palabras y eso no es algo muy común que pase. La música comenzó a sonar y ambos se sentaron.
El primero en pasar fue Jon, vestía un traje violeta oscuro, decorado con hermosos bordados color negro. Eran lobos huargos, Arya no pudo evitar sonreír orgullosa. Podrá ser un Targaryen ante el mundo pero por sus venas seguía corriendo la sangre de lobo.

Luego llego Daenerys y se pudo escuchar un suspiro general en el lugar. Se giró a ver a Podrick, el la veía a ella. No entendió su mirada, la veía como un tesoro. Pero no se sintió como un objeto sino apreciada, deaseada.
Volvió a ver a Dany, su vestido era grande pero si prestaban atención se podía ver su vientre en crecimiento.
Los novios se enfrentaron y todos volvieron a sentarse.
Sam se encontraba frente a los novios. Tenía un libro en sus manos mientras recitaba un poema, se llamaba canción de hielo y fuego.
Lágrimas caían del rostro de Jon mientras que escuchaba los versos y miraba a Dany.
Llegó el momento que ellos deberían decir sus votos y ahí sintió la mano de Podrick entrelazarse con la de ella.

- Lamento haberme ido así -susurró en su oído-

- No creo que sea momento de discutirlo

- Arya se que te cuesta esta situación, pero déjame decirte esto sin interrumpirme -dice y ambos ríen- sé que querías que me quedara, pero verte y saber que no te quedarás conmigo me rompía por dentro. Intente irme y olvidarte, pero cada
cosa que hiciera o viera me recordaba a tí. -Arya estaba luchando por mantener la vista fija hacia su hermano- Te amo, te amo como nunca amaré a una mujer en mi vida. Maldigo todos los días no ser un hombre de alta cuna, alguien que tú mererezcas, a tu nivel. -dice conteniendo las lagrimas- Pero tengo que dejarte ir Arya, debo hacerlo. Si seguimos con esto más gente además de nosotros saldrán heridos y prefiero ser yo quien cargue con la pena toda la vida en vez de tí -aleja su mano pero ella la vuelve a tomar-

- ¿Crees que no saldré herida de esto al igual que tú? yo también cargaré con la pena toda mi vida -su voz comenzaba a quebrarse-

- No, no lo harás. Se que te casarás con un hombre que amas -dice con un poco de rabia en la voz-

-Arya desvia la vista de su hermano para mirar a Podrick. Sus rostros se encontraban rojos y llenos de lagrimas- No lo amo como a ti
-dijo con seguridad, mirándolo fijamente a los ojos-

Bastard Donde viven las historias. Descúbrelo ahora