Rastrea y Destruye

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- Saben que me parece muy estúpido?; que hay ninjas que usan sus uniformes, bandas y andan descubiertos, es decir, es normativa usarlo cuando son misiones "pacíficas" pero no todo el tiempo. – Fuu sonreía mientras se despojaba de toda su ropa y aplicaba un jutsu de transformación, su cabellos ahora era de color negro y le llegaba hasta la mitad de la espalda, su figura se volvió bastante más voluptuosa, Karin ahora era castaña un poco más delgada y sin lentes, Yugito vestía un Yukata con patrones negros y azules, solo cambio de color su cabello haciéndolo azul, más voluminoso y sujetado por un pañuelo rojo; Naruto por su parte vestía el clásico mono naranja de la serie original, solo que tenía el cabello más largo y blanco, llevaba pulseras de cuero con un patrón de kanjis.

- Por eso nos pagan más por estas misiones, no dejamos rastro, además es divertido, a los tiempos volveremos a beber, es algo alentador, Naruto por Kami ¿no podías ponerte algo más horrible y extravagante? – Yugito regañaba a Naruto quien solo sonreía mientras extendía su mano a Yugito, Karin y Fuu vestían yukatas de color negro con helechos blancos, los mismos eran muy ajustados y con escotes reveladores.

El grupo salió de la hostería en Yugakure, Bee usaba una transformación de un viejo calvo, delgado, bajo de estatura y un gran bigote blanco, lo más notorio era su estatura muy baja, su atuendo playero y los lentes de sol que lucía a pesar de ser la noche.

- Bien, según pudimos investigar el centro nocturno más visitado, es el Cuerno Dorado y es conocido por ser muy concurrido por aristócratas, comerciantes y gente con mucho poder adquisitivo. – Bee entregaba la foto del objetivo, un hombre de unos 50 años, cabello oscuro con ciertas canas, anteojos grandes y sombreados, regordete y sin barba, suele vestir elegante con traje de tres piezas. Todos afirmaron para tomar un rumbo distinto, Bee, Yugito y Naruto fueron por el norte, se dedicaron a ver las novedades en los puestos comerciales, Bee tomaba de la mano a Yugito, Naruto por su parte los seguía de cerca, cargaba una botella de sake y gritaba cada vez que servía una copa a sus compañeros.

Karin y Fuu por su lado fueron a un restaurant, solo ordenaron unas ensaladas y una botella de vino tinto, sonreían coquetas a quienes se acercaban y echaban miradas lascivas a sujetos bien vestidos, sin importar que estaban con compañía femenina. Al pasar una media hora desde que ingresaron se acercó un sujeto, muy alto, fornido y de facciones anchas.

- Señoritas, les deseo una buena noche, quisiera extenderle una invitación de mi jefe, quiere que lo acompañen a una celebración en el Cuerno Dorado. – El sujeto extendía una tarjeta con la dirección del sitio y un número de mesa.

- Wow! Mira Kotonoha, nos invitan a celebrar. – Karin le extendía la tarjeta a Fuu quién solo sonreía algo ruborizada.

- Es nuestra noche de suerte Sekai, un apuesto hombre nos invita a tener una noche maravillosa, solo que tenemos un problema estimado caballero. – Fuu hizo el amago de devolver la tarjeta y el hombre hizo una seña con sus manos para impedirlo, con un gesto de curiosidad espero escuchar los motivos. – Mire buen hombre, mi amiga y yo, solo estamos de paso, venimos de un pueblo chico para comprar ciertas cosas que no hay por esos lares, ya hemos escuchado de ese sitio y es bastante costoso... - Karin y Fuu fingieron tristeza mientras Fuu extendía la tarjeta.

­El sujeto ahogó una sonrisa soberbia para luego fingir un rostro paternal. – No se preocupen damas, mi jefe correrá con todos los gastos, él la espera, con permiso. – El sujeto casi dando zancadas salió del sitio. Ambas chocaron sus copas para luego soltar una carcajada bastante sonora.

La noche avanzaba, algunos locales ya cerraban sus puertas dejando paso a los de la vida nocturno, casinos, sitios de baile, puestos de comida recién empezaban a captar gente.

Naruto/Zero el Dragón Ascendente de la NubeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora