Sweet Dreams
- Y entonces el gran Takeshi Uzumaki usó el sello Yin Yang para acabar con las hidras que atormentaban el mar de Uzushiogakure, así nacieron los gigantescos remolinos del archipiélago, finalmente el pueblo de su descendencia pudo tener un sitio donde establecerse, crecer y mantenerse lejos de los conflictos en el continente... - Una hermosa mujer con cabello negro y tés muy blanca cerraba un gran libro y lo colocaba en la mesita de noche junto a la cama donde yacía un pequeño niño rubio quién la miraba con admiración.
- Crees que algún día podamos tener nuestro propio clan?, tener nuestra propia casa y te quedes conmigo siempre? – El pequeño abrazaba a la joven quién lo apretujaba con fuerza y depositaba un tierno beso su frente.
- Quizás mi pequeño, por el momento debes descansar, si quieres ser un ninja debes descansar muy bien, mañana inicias la academia... - La joven se levantó de su asiento y caminó hacía la puerta del pequeño cuarto donde dormía con el niño. – Descansa mi niño, mañana será un día fuerte para ti, me tengo que ir, nos vemos para desayunar, te amo. – Dicho esto se retiró cerrando la puerta y dejando al niño dormir.
- Seré el mejor Hokage y ninja que haya visto la aldea! – El pequeño se encontraba frente un escritorio mientras el sujeto frente a él le entregaba un papel con sus datos y le señalaba a que se retire.
Todos los niños estaban sentados, conversaban y reían mientras esperaban que el profesor llegué.
El niño rubio estaba sentado en el columpio de la academia, comía un sánduche de mortadela y para beber solo agua, nadie le había hablado y sentía que hasta los profesores lo miraban con rostros severos; sin embargo no le importaba, estaba ahí para cumplir su sueño, llegaría a ser Hokage, llegaría a tener su propio clan, recién le dijeron que su apellido era Uzumaki y estaba más que contento, las historias que había escuchado de parte de su madre, exaltaban ese apellido, aunque claro era el que daban a los huérfanos en honor al casi extinto clan.
El niño caminaba por la aldea, había tenido un día extraño pero estaba entusiasmado, un ninja adulto lo llamó y este sin dudar se acercó, le dio un saludo militar y el ninja mayor solo se rio ante tal gesto de inocencia.
- Así que tenemos a un compañero shinobi, mucho gusto me llamo Hotaru, un chunin, oye chico, dónde vives? Necesitamos esa información... ya sabes para llamarte si necesitamos tu ayuda? – El niño entusiasmado le dio los datos exactos y se retiró de igual manera con la pose militar, el adulto solo se burló del pequeño y entre dientes susurró, "estúpido".
- ¿Cómo se atreven a hacerle todo esto a mi hijo? – Naruto despertó llorando y agitado, nuevamente tenía esa pesadilla de cuando todo inició, de cuando perdió a su madre y fue marcado para siempre.
Fuu quién se encontraba recostada y desnuda junto a él dentro de la carpa lo abrazó a su pecho y lo consoló hasta que él pudo conciliar el sueño.
País del viento.
Con el sol que nacía en el continente elemental, dos figuras caminaban por las dunas del desierto una pertenecía a un rubio de cabello largo, un mechón le cubría parte del rostro, el otro era más bajo y regordete, su rostro y contextura daban la impresión de ser un anciano encorvado.
- No creo que las cosas vayan a ser tan fáciles, esos de Suna deben estar desesperados para ayudarnos de esta manera. – El rubio sonreía con ironía mientras avanzaba por las dunas.
- Es lo que dijo el líder, Deidara, no vas a discutir sus órdenes, o sí? – El sujeto jorobado tenía una voz muy gutural.
- Nah!... solo quería conversar idiota, en fin, ya mismo llegamos. – Ambos siguieron caminando sin más ruidos que no sea el viento.
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Naruto/Zero el Dragón Ascendente de la Nube
FanfictionEl destino reunió a dos ángeles que pudieron curar sus heridas mutuamente, uno al final pudo volar libre el otro perdió sus alas y se rompió quedándose en la tierra. Naruto gracias al sacrificio de su madre tuvo una nueva vida lejos de Konoha pero ¿...