El poder del miedo

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Después de una noche
de insomnio
desperté
en mi cama

aún habían rastros
líquidos
de aquellas
lágrimas

El miedo,
es tan bello
y espantoso
al mismo tiempo.

Te hace sentir vivo
Y te hace sentir
qué estás apunto
de morir,

puede hacerte
desmayar
o despertarte
en un segundo

puede conseguir
qué corras
o que no puedas
ni pestañear.

El miedo tiene
tantas formas,
tantas oportunidades,
puede propagarse

o ser apagado
por unos brazos,
por unas palabras,
por un shock.

Puede hacer
que hagas cosas
horribles
por pánico,

o puede hacer
qué hagas cosas
románticas
por estupidez.

Por la belleza
oscura de la noche
mi temor surgió
de una silueta

parada justo
en la puerta del cuarto,
en la penumbra
todo parece el mal,

yo no fui
de los que entran
en estado
de shock,

pero tampoco
corrí en busca
de unos brazos
o unas palabras.

Tomé el cuchillo
que dejé al costado
de la cama luego de cenar
y lo arrojé

sin pensar,
hacia aquello,
lo desconocido,
que me atormentaba.

Vaya sorpresa
al ver el rostro
de mi madre
sin expresión

en mitad
de la habitación,
con los ojos
desalmados.

Su cuerpo sin vida
cae al suelo
y golpea su cabeza
contra el mueble.

Fue nítido
gracias a la luz
lunar desde una ventana
semi-abierta.

me acosté
y traté dormirme,
ingenuo de mí,
esperando una pesadilla.

Pero no hay
una mayor
pesadilla
que la cruda realidad.

Durante toda
la noche pensé
en una frase
de un lunático.

"Teme el poder
que no ves"
y yo nunca
había visto antes

El poder
del miedo.


Libro de Sangre.

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