Parte 31

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Eduardo me acaricia la espalda con amor, me deja de besar para quitarme la blusa, le miro sus ojos cambiaron de color están negros, me mira con deseo.

Eduardo - estás segura ¿qué quieres hacerlo?, no quiero que te sientas presionada.

Ara – sí, lo quiero hacer, me muero por estar contigo Eduardo - no sé por qué dije eso, el atrapó mis labios con los suyos para hacerlo uno mismo, deja de besar para bajar hasta mi cuello.

Mientras le desabrocho el cinturón después desabotono el pantalón y bajo el cierre de su pantalón, Eduardo me carga yo rodeo mis piernas en su cintura, el sigue besando mis pechos mientras camina.

Solo siento cuando me acuesta en la cama con delicadeza, me desabrocha el sostén, lo desliza despacio entre mis brazos lo arroga lejos, mira mis pechos se mete uno a la boca y el otro lo agarra, al sentir su boca en mi pezón me estremecía, chupo y mordió la punta.

Eduardo se levantó un poco me quito los pantalones y la ropa interior dejándome totalmente desnuda, él también se quitó los pantalones y el bóxer, se incorporó encima de mi sin aplastarme, abrió mis piernas para acomodarse En medio de mis piernas.

Eduardo - lista - yo afirme - esto puede dolerte

El me beso para no pensar en eso, mientras me besaba sentía como entraba, apretaba los ojos, hasta que sentí un dolor inmenso que hasta las lágrimas me salieron, no pude gritar ya que Eduardo me estaba besando.

Eduardo - tranquila pronto pasará mi amor, me avisas cuando se pase el dolor - solo movía la cabeza, las palabras no me salían.

Al cabo de un rato el dolor había disminuido.

Ara - puedes moverte

Eduardo se empieza a mover despacio para que me a costumbre a su tamaño, poco a poco fue subiendo la velocidad, no podía contener el gemido, Eduardo beso mi marca en el cuello, de repente siento una sensación que nunca había sentido, todo mi cuerpo se estremecía.

Ara - Edua....... - no podía casi hablar, Eduardo también gemía cada vez que me embestía, sentía que en cualquier momento iba a estallar de placer y llegar al orgasmo.

Eduardo - Ara.... me voy a venir....

Ara - yo también....

No tardo mucho y los dos llegamos al orgasmo juntos, Eduardo se dejó caer sobre mi enterró su cara sobre mi cuello sudado, medio un rastro de besos.

Eduardo - te gustó

Ara - sí, no sabía que se sentía tan bien - le sonrió algo exhausta, Eduardo se acostó a un lado de mí, me acerca a hacia él y me abrazo.

Eduardo - no quiero que te vayas de mi lado nunca.

Ara - no lo quiero hacer, pero no quiero que los maten

Eduardo - luchare por ti y por tu amor, voy a ganarme tu amor, sé que un simple perdón no es más que suficiente, si tengo que dar mi vida para salvarte lo are.

Ara - ¿solo te pido una cosa?

Eduardo - ¿qué cosa?

Ara - no haga ninguna tontería para poner en riesgo tu vida, si te pasa algo no lo soportare.

Eduardo - está bien, vamos a dormir

Afirmo con la cabeza, me a cómodo entre sus brazos para dormir....

(...........)

Al día siguiente

Me levanto antes que Eduardo sin le hacer ruido, busco mi ropa que esta regada por la habitación, me la pongo lo más rápido posible, en la habitación busco un hoja y papel para escribirle una nota.

Querido Eduardo

Me tuve que ir antes de que despiertes, para ahórranos las despedidas sé que no es un hasta nunca sino un hasta pronto, a noche fue la mejor de toda mi vida, siempre lo llevaré en mis recuerdos y corazón.

Leo cuida a Eduardo te lo encargo mucho, gracias por estar siempre a mi lado y darte la oportunidad de conocerme, todo este tiempo te agarre mucho amor a Eduardo no le pudo tocar mejor lobo que tú, les encargo a mis hermanos, a mis padres y los amo.

Con amor su guardiana

              Atte. Ara

Dejó la nota a un lado de él, con mucho cuidado le doy un beso, salgo de la habitación por la ventana para que nadie sepa que estuve aquí, antes de salir doy un vistazo un por última vez...

Ya fuera de la casa de Eduardo me encamino para ir a la mía, me voy por el mismo camino para que nadie me vea, después de un rato llegó a mi casa, entró al baño.

Ya bañada salgo y voy por mi ropa, me pongo pantalón de cadera y una blusa de tirantes.

Me termino de arreglar, ya lista tomo mis maletas, meto todas mis cosas checo que no me falte nada, doy último vistazo antes de salir, en esta casa tengo buenos y malos recuerdos, me salen unas cuantas lágrimas solo de recordar, tomó mis maletas y salgo de la casa, estando a fuera le pongo llave a la casa me dirijo al castillo de los vampiros.......  

  

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Mi mate es una guardiana ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora