Capítulo X

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Awilda

Escuche a alguien hablando a mi lado algo que hizó que abrirá los ojos y volviera a cerrarlo, la claridad que había hacia que me molestara en los ojos.

—Awilda.–abrí los ojos pero está vez lentamente para ir acostumbrandome a la claridad.—¡Awilda!¡Oh Dios despertaste!–miré a Brent el cuál estaba sonriendo pero aún así se le veía triste.

Traté de levantarme, pero un fuerte dolor en todo el cuerpo me lo impidió haciendo que yo gimiera del dolor. —No te muevas, iré por el doctor.

Miré hacia mi vientre el cuál estaba totalmente plano. —Brent.–lo llamé cuando estaba a punto de salir.

—¿Si? –volvió a posicionarse a mi lado.

—¿Donde está mi bebé? –solo ví como resbalavan un par de lágrimas de sus ojos. —Brent ¿que sucede? –no dijo nada solo secó sus lágrimas.—¡Habla por Dios! ¡dime algo! –hablé desesperada.

—Tienes que calmarte. –fue lo que me dijo.

—Brent quiero saber ¿que pasó con mi bebé? ¿donde está? quiero verlo ¿qué es? ¿es hembra o barón? Quiero saber cómo está. –digo rápidamente.

—Awilda tranquila. –me volvió a decir.

—Es que me desespero, tu solo me dices que me tranquilice y que me calme pero no me das razones de mi bebé. –le reprocho.

—Awilda, nuestro bebé. –se quedó callado por unos segundo. —El bebé era hembra. –lo miré sin entender.

—¿Como que era? ¿Donde está mi hija?–digo está vez alarmada.

—El accidente provocó que te dieras un fuerte golpe en el vientre aunque llevarás puesto el cinturón y nuestra hija. –hizo una pausa.—Nació muerta. –su voz se quebró.

Mis lágrimas no tardaron en salir, sentí un gran vacío en mí, una sensación de dolor horrible.

—NO, NO, NO. –grité con todo el sentimiento de dolor.

No puedo entender el ¿Por qué?, ¿por que tenía que pasarme esto? Yo estaba tan ilusionada con tener mi bebé en mis brazos y darle todo mi amor.

Me quiero morir, era yo la que tenía que morir no ella ¿por que la vida es tan injusta?

—Awilda tienes que calmarte ¿Si? Iré por el doctor. –no podía evitar que mis lágrimas salieran, solo el pensar que mi bebé ya no estaría conmigo me hacia sentir mál.

Este fue el peor cumpleaño más espantoso de mi vida, no quiero volver a cumplir años por que siempre me recordará el accidente y la muerte de mi bebé.

—¿Como te siéntes?–miré a quien fue que habló y era el doctor lo supuse por la bata que llevaba, no me había dado cuenta en que momento entró.

—Me siento con ganas de morir. –digo llorando.

—Debe de ser difícil pero tienes que aprender a sobrellevar con esa ausencia. –me dijo está vez.—En éstos días has mejorado mucho.

Lo miré confundida ¿como que estos dias?—¿Hace cuanto estoy aquí?

—Dos semanas, te golpeaste en la cabeza e hizo que entraras en coma y gracias a Dios no duraste mucho–contestó.

Todo ésto pasó por mi culpa, si me ubiera quedado en casa junto con Ema nada de ésto estuviera pasando. Hablando de Ema no se que pasó con ella, de seguro no sabe que desperté que no me a venido a ver o quizás debe estar recuperándose.

—Doctor ¿Como está la chica que venía conmigo en el auto? –miró la tablilla que tenía en sus manos junto con unos papeles.—Doctor ¿sucede algo?

El respiro profundo y luego me miró. —¿Su amiga?

—Si, Ema.

—En el accidente algo provocó que se golpeara muy fuerte en la cabeza. –se calló.

—¿Pero esta bien? ¿cierto? –lo miré atenta.

—El golpe que recibió, provocó que le diera una emorragia cerebral interna, haciéndo que su amiga lamentablemente falleciera. —sentí como algo se me subía, creo que fue la presión y empecé a ver todo negro.

                      (......)
Aiden

Sentí un par de lágrima resbalar por mis ojos al recordarla, todavía no me lo puedo creer que ya no esté. No fué mucho el tiempo que la llegue a conocer, pero en lo poco que compartí con ella pude darme cuenta que era una chica muy soñadora y alegre.

Todavía recuerdo como si ubiera sido ayer, cuando entró al consultorio junto a Awilda, sus hermosos ojos azules captaron mi atención.

Recuerdo cuando estaba en el centro comercial y a lo lejos la ví mirando por todo lado como si buscara a alguien y después la ví sacar su celular decidí caminar a su dirección y chocar con ella, al chocar con ella no pensé que se caería y menos su celular.

Aunque me disculpe, ella me insultó. Ese fue uno de mis mejores día después que salí del internado y que por ella olvidé que estaba siendo perseguido por Fernando y Zümrüt.

Si, me estaban persiguiendo y no por que sea un corrupto.

Ese día no se me olvidará nunca, por que fue cuando la besé por primera vez aunque me golpeó. Y gracias a los dos idiotas que me perseguían que entraron a la cafetería donde estábamos fue que pude besarla.

Sequé mis lágrimas y salí del consultorio hoy iría a llevarle flores a su tumba.

—¿Doctor ya se irá?–asentí.

—Cancelas todas las citas que tenía por favor. –Theresa asintió.

Di un paso para irme pero me de tuve. —¿Sabes si Awilda ya despertó?

—Si, y tuvo un paro cardíaco después que le dieran la noticia de que su bebé había muerto al igual que su amiga. –me preocupe al ella decirme todo eso. —Pero gracias a Dios la lograron estabilizar a tiempo. –suspiré aliviado.

Al menos Awilda a podido sobrevivir.

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Baje de mi auto después de haberlo estacionado frente al cementerio donde enterraron a Ema y a la hija de Awilda.

Entré al lugar, por todo lado que miraba había cruz.

Que esperaba Aiden es un cementerio.

Después de haber caminado por el lugar hasta la tumba de Ema, llegué. Me agache para estar a la altura de la lápida y poner las flores de Dalías.

—Hola tú. –dije con nostalgia. —Te extraño asquerosamente, ¿sabes? No entiendo por que te fuiste tan rápido de mi vida, pensé que te quedaría más tiempo a mi lado. –sentí las lágrimas salir. —Espero que donde estés seas feliz.

Dale saludos a mi madre y a mi hermana de mi parte.
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Hola hola Piojis de uva🍇.

Besitos de velvet y muchos, muchos corazoncitos de strawberry 🍓.
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Territorio De Enanas |2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora