Capítulo 9: Algo está mal.

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Capítulo Nueve: Algo está mal.

        Una leve sacudida del Sunchaser despertó a Dewey la mañana siguiente, y casi al mismo, pudo escuchar en su despertar la alegre melodía de un conjunto de risas. El joven pato se talló los ojos con cierta fatiga, mirando instintivamente a su costado para encontrarse con una vista de color verde en lugar de una rosada. Entonces reconoció que Louie estaba a su lado en lugar de Webby. Queriendo saber dónde estaba ella le echó una fugaz ojeada a su alrededor, dando con la sorpresa de verla junto a su hermano mayor; Huey. Ambos reían al otro lado del Sunchaser cómo dos niños de diez años otra vez

        Intentó pobremente efectuar una leve mueca y ocultar su desilusión cuando su joven hermano, aún y sin mirarlo, le dirigió la palabra —. Bueno días, bella durmiente — el habló, y aunque Dewey estaba aún medio adormilado, pudo identificar el ligero tono de burla plasmado en el sobrenombre que Louie le había puesto. De repente cualquier rastro de buen humor mañanero se drenó de él reemplazándose por irritabilidad.

        Frunció el ceño y no dijo nada. En cambio sólo se incorporó en el asiento, dedicándose especialmente a masajear con su mano izquierda so hombro contracturado —.No es propio de ti ser el último en despertar — Louie continuó sin inmutarse siquiera. Su relajado tono de voz siendo opacado únicamente por las turbinas del Sunchaser y los sonidos provenientes del frente del aeroplano, dónde la señora Beakley, Scrooge y Launchpad hablaban de algo sin importancia.

        — ¿Cuanto tiempo llevo dormido desde que tú despertaste? — preguntó pasando a masajear su otro hombro con su otra mano mientras hacía un leve estiramiento de cuello. Louie tardó en responder esta vez y permaneció quieto y pensativo observando su teléfono. Probablemente pensando en el tiempo promedio que llevaba despierto.

        — Cerca de una hora, u hora y media. No lo sé bien — respondió.

        — ¡¿De verdad dormí demasiado?! — Dewey exclamó. Sonaba incluso mucho más sorprendido que lo que su rostro revelaban. Muy al tanto él estaba de que tenía la muy mala costumbre de dormir muy poco o nada siempre, y el hecho de que los asientos del Sunchaser no hacían diferentes las cosas. Sin embargo, había estado lo suficientemente agotado físicamente como para dormir a pesar de la incomodidad y además, despertar hasta tarde.

        Eso le producía más incomodidad que placer. Su cuerpo estaba acostumbrado a su destrozado y reducido ciclo de sueño, dormir más de lo que habituaba normalmente en general lo volvía más alterable y malhumorado de lo normal. Además de dejarlo en un prolongado estado de resaca, él siempre había creído en que cuanto menos dormía, más tiempo tenía para aprovechar al máximo el día. Si bien eso lo dejaba en un permanente estado de desgano, Dewey siempre encontraba fuerzas en su sistema para ser siempre el hiperactivo e inquieto joven de siempre.

        — Oh si, bastante — Louie respondió con sencillez, regresando su atención a su teléfono mientras escribía sobre el teclado táctil con una admirable agilidad. Dewey no sabía si era obra de su cabeza o si realmente pudo notar una discreta sonrisa formarse en el pico de Louie. Quizás este mensajeándose con Lena y ella le ha dado algunas buenas noticias, en el mejor de los casos. En el peor, debe haber conseguido a alguien a quién está estafando online. Pensó. Sin mucha gracia. Sin mucha sosería.

        Mientras su hermano menor terminaba de escribir en su teléfono, hacer algún comentario para sí mismo o esbozar alguna pequeña risa, Dewey se vio atraído por una inmensa curiosidad al prestarle atención a una reconfortante y cálida risa, seguida de otra mucho más leve, aunque igual de plácida y jubilosa.

        Él no comprendía de qué hablaba con tanto fervor aquel dúo frente a ellos, pero sí pudo identificar entre sus risas algunas palabras fuera de contexto. Y aunque estas palabras poseyeran poco trasfondo para él, le dieron a entender sobre el debate literario que estaban teniendo su hermano mayor y su mejor amiga.

Un asunto Vanderquack - VERSIÓN ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora