Capitulo VIII

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I imagine death so much it feels more like a memory/ Sueño tanto mi muerte que se esconde en mi memoria

When's it gonna get me? / ¿Cuándo vendrá mi hora?

In my sleep? Seven feet ahead of me? / ¿Al dormir? ¿A siete pasos de mí?

If I see it comin', do I run or do I let it be? / Si es que llega ¿La esquivo o la dejo en autoría?

Is it like a beat without a melody? / Es como discutir sin melodía...

I'm past patiently waitin' / ¡Me canse de esperar!

I'm passionately smashin' every expectation / ¡Ahora es mi turno de arrasar cada expectativa!

Every action's an act of creation! / ¡Cada tentación activa!

I'm laughin' in the face of casualties and sorrow / Me rió en la cara de la pena y de la rabia

For the first time, I'm thinkin' past tomorrow / ¡Por primera vez, pienso en el mañana!

《《《~~~~~~~~~~~~~~~~》》》

El resto de la noche estaba avanzando de forma tranquila en la mansión, ya que el empresario agotado física y emocionalmente realmente necesitada descansar, esa extranjera seguía respirando algo agitada, pero pareció calmarse; sin más que hacer volvió a la cama, no sin antes dar una última vista a la mujer atormentada que yacía a su lado. Puso su cabeza en la suave almohada mientras cerraba los ojos para conciliar el sueño, esperaba que la brisa matutina disipara la tormenta que presentía estaba por llegar.

Mientras tanto en otro lado de la ciudad, se encontraba el príncipe Nirek heredero al trono de su país; él no estaba nada contento, ya que aquella mujer seguía libre vagando por el mundo burlándose una vez más de él.

En su mente, era difícil de entender porque no podía simplemente ella ceder ante él, después de todo, tenía bastantes cosas para ofrecer; además resultaba ser una absoluta falta de respeto que no se diera cuenta de la única e increíble oportunidad que le estaba dando; es decir, no cualquiera podía darse el lujo de formar parte de una de las familias más poderosas, trascendentales y prestigiosas del mundo. 

No consideraba que fuera poco atractivo, era obviamente todo lo contrarío, los dioses lograron bendecirlo con dotes de belleza únicos, su cabello negro relucía con elegancia no importando si la luna o el sol hicieran caer sus rayos directo a su perfil definitivamente relucía de forma armoniosa , su piel brillaba cual bronce recién pulido, cuidaba su figura con fervor logrando ser siempre perfecto, además era el orgulloso portador de unos hermosos ojos verdes que deslumbraban como esmeraldas que cambiaban de tono conforme el día transcurría, el titulo que se le adjudico desde la infancia era algo que solamente añadía más valor para su porte personal.

Su mirada se posó atenta en el espejo de cuerpo completo que tenía frente a él, y suspiro admirando su figura, dio un par de giros más para apreciar mejor su porte; no es que fuera alguien vanidoso, pero a lo largo de su vida le enseñaron a que alguien que sería el sucesor de la familia real debía de imponer su poder en todos los aspectos esenciales de la misma.

En ese instante dos golpes secos lo trajeron de regreso a la realidad, alguien llamo a la puerta de su cuarto; con una mueca de fastidio, permitió que la servidumbre entrara a sus aposentos, era una lástima pues realmente estaba disfrutando de su soledad.

El primero en entrar fue su fiel consejero Fei, que al contrario del príncipe lucia una piel blanca como la leche, además de poseer un cabello largo con un tono negro similar al del heredero al trono, lo que resaltaba de ese particular servidor suyo, eran sus penetrantes ojos ámbar, además de tener una figura delicada parecida a la de una doncella exótica.

Tan Azul Como el CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora