Tan Azul Como el Café

Capítulo II

Sobre el pavimento. ya del otro lado de la Ciudad se encontraba una chica con lentes de sol, que brillaban casi tanto como la sonrisa que mostraba coquetamente sin decoro, se adentraba a un sitio que se veía confortable, familiar e interesante

-Buenos Días, ¿Mesa para 1?

-Si, por favor; Disculpa ¿Tienes computadoras con internet?

-Por supuesto, síguame por favor

-Que amable

La siguió hacia una terraza amplia, donde había mesas con laptos y suficiente espacio para comer, sonrió con autosuficiencia, vaya que tenía suerte ese día

-¿Aquí está bien Señorita?

-Sí, muchas gracias, de la carta quiero un ramen grande con todo, un sushi california nevado, un té verde frio y de postre tapioca por favor.

-En unos minutos le traemos su orden, que disfrute su estancia-Con una sonrisa se retiro para ir directo a la cocina.

Una vez sola, se conectó de inmediato para la videollamada, tenía tanto que contar a sus amigas socias.

-Hola Mitsu, Sui, ya estoy en Domino, llegue con bien

-Luisa que bueno, ¿Qué tal te fue con el arresto?-Decia Mitsu

-Todo salió bien, ni idea tienen de lo bien que salió, pero sobre todo ni se imaginan a la persona que conocí hoy

-¿A quién? No puede ser ¿Conociste a Yugi? ¿Ya lo secuestraste y me lo enviaras directo a mis brazos? ¿Tienes una foto?-Sin poder evitarlo Mitsu pregunto

-No fue a Yugi, pero te prometo que de verlo, distraeré a su novio para que pueda traértelo cuanto antes

-Con eso puedo vivir-Dijo Mitsu

-Luisa ya dinos, nos tienes emocionadas, o aguarda entro una llamada de la linea de negocios, dejen voy a atender, ustedes continuen-Sui se fue a contestar

-¿Y bien luisa? ¿Quién es esa persona? ¡Vamos!

-Está bien, no pondré más misterio en eso, conocí a Seto Kaiba, lo tuve tan cerca de mí, me sorprende no haberme desmayado en cuanto lo vi, es un hermoso ángel-Suspiro cerrando los ojos recordando el momento

-¿Cuándo lo conociste?-Dijo Mitsu

-Hace un rato, es mucha más linda su personalidad cuando lo miras de frente, sus ojos brillan como un millón de galaxias, son tan profundos como el mar ese tono azul de su mirada, podría contemplar siglos esa belleza y no me cansaría de suspirar solo con apreciarla, pero no se lo demostré, por el contrario lo hice enojar, lo deje sin palabras, lo trate muy mal, hasta le dije Mocoso más de 4 veces sin retractarme, fue tan divertida su expresión, me hubiera gustado que la vieran también.

-Aguarda un instante ¿Tuviste un encuentro cercano con tu obsesión azulina y lo único que se te ocurrió fue ponerle apodos?, Eso es algo que no me lo esperaba de ti ¿En que estabas pensado?

-Sí, así es más divertido, yo no quería llegar como sus típicas fangirls vacías idiotas a subirle más su ego; yo también tengo dignidad y si quiere una muestra de afecto o respeto de mi parte, tiene que ganárselo, además no soporta la idea de ser inferior a alguien, mucho menos que lo hagan sentir inferior, esa idea le enferma, por eso lo mejor que se me ocurrió fue hacerlo.

.-¿El viaje en avión te afecto el cerebro verdad?, Tu sabes como es y más le hechas leña al fuego, va arder Troya, si ya no quiere hacer negocios en America latina será por tu culpa

-No es para tanto, en el fondo sé que es solo un tierno, dulce, gentil y adorable gatito o dragoncito bebé que solo quiere amor, ¿Acaso nadie puede entenderlo? Sé que no tengo lo que se necesita para hacer eso una realidad, pero puedo ver a través de ese muro de hielo que pretende mantener en el alto a toda costa.