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— ¡YoonGi!— La voz de SeokJin sonó por todo el estudio, trabajadores y asistentes pararon sus quehaceres ante la mención de aquel nombre.

Min YoonGi se hallaba de pie en mitad del establecimiento, llevaba un pequeño bolso gris oscuro en su espalda, vestía completamente de negro y su actitud se notaba tímida.

No conocía a nadie, se sentía nervioso.

— ¿Cómo llegaste?— Preguntó el mayor, abrazándole levemente— ¿JiMin te trajo?

— Si— Respondió— Pero ya se fue, tenía que alistarse para su viaje.

Y es que si, Park literalmente le dejó allí y se fue, dio un par de instrucciones a un asistente para que le dejaran en el estudio donde se encontraban sus amigos, y luego de una corta despedida se marchó sin más.

Aunque al momento del adiós Park parecía querer decir algo más, pero nada salió de sus labios.

La noche anterior sorpresivamente no había sido incomoda, JiMin se encerró un poco en su mundo luego de llegar, no siguió llorando pero quedó completamente mudo en mitad del sofá, con la mirada perdida y un sin fin de pensamientos horribles, parecía como si las cosas fuesen a retroceder algunas semanas atrás, donde JiMin era esquivo, tosco y evasivo, pero rápidamente YoonGi intentó animarle, propuso ver alguna película, preparó café para ambos y les cubrió con las mantas que usaba Park para dormir.

Había visto en un drama que así se podía animar a alguien, y al parecer había funcionado.

JiMin pareció desconectarse enseguida, regalándole sonrisas sinceras con el paso de los minutos, comentando fragmentos pequeños de la película, acurrucándose en las mantas y tragándose su tristeza con el café amargo.

Al cabo de un rato ambos cayeron profundamente dormidos, juntos en el sofá de cuero negro.

Fue la primera vez que durmieron juntos después de mucho tiempo, y al despertar YoonGi no se sintió incómodo.

Algo cálido se instaló levemente en su pecho.

—-... ¿YoonGi? ¿Me escuchas?

La voz de SeokJin le trajo de vuelta a la realidad.

El mayor le miraba como si estuviese esperando una respuesta, Min no supo que decir, por lo que solo asintió esperando no haberla cagado.

— Bien, entonces vamos a los camerinos, allí está TaeHyung.

¿Qué tenía que ver TaeHyung en eso?

Realmente no se hizo mucho drama, lo averiguaría en el camino de todos modos, así que solo siguió al mayor de los Kim hasta el fondo del establecimiento sin siquiera pensarlo.

Al igual que cuando fue a su ex compañía algunas personas le saludaron, otros le dieron sonrisas cordiales y palabras de aliento, pero también algunas personas le pasaban de largo.

Fue primera vez que veía a desconocidos mirarle con enojo, con desprecio, y... ¿Con asco?

Se sintió pequeño en aquel lugar, prácticamente desnudo ante esos ojos acusadores.

¿Qué les sucede?

La última puerta de la derecha fue su destino, ambos pararon frente a esta mientras SeokJin golpeaba ligeramente, esperando que aquel chico estuviese dispuesto a salir.

Para su sorpresa, unos segundos después la puerta se abrió, revelando ante ellos el sonriente rostro de un TaeHyung arreglado, ya maquillado y listo para salir a escena.

Aquella sonrisa cuadrada le transmitió calma a YoonGi.

Se mantuvieron la mirada unos segundos, como si esperaran algo, Min no sabía exactamente que era, hasta que el menor decidió romper aquella tensión simplemente lanzándose al cuerpo de su mayor, estrujándole con un fuerte abrazo, YoonGi no pudo corresponder aquel contacto, porque literalmente sus brazos quedaron paralizados por la fuerza del chico.

Más allá de tu memoria [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora