Capítulo 2

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P.O.V Anastasia.

Desde que puedo recordar siempre he estado sola, viviendo en las calles y tratando de sobrevivir.

Ser una gata callejera no es nada fácil, la mayoría de los seres humanos te miran con asco o pasan de ti.

A otros sólo les provocas lastima.

En algunas ocasione. personas que pasaban me han alimentado pero nada más allá de eso, todos se marchan, al fin y al cabo sólo soy un gato, un maldito animal sin importancia para ellos.

Las personas que me alimentan son en su mayoría adolescentes tanto chicas como chicos que siempre dicen la frase " me encantaría llevarte conmigo pequeña, lástima que en donde vivo no se permitan animales" acarician mi cabeza a modo de despedida y se van dejándome a mi suerte, siempre es la misma historia.

Los niños pequeños son las criaturas más bondadosas entre los seres humanos, en lo que a ellos se refiere, me alimentaban jugaban conmigo, pero... siempre hay un pero.
Los padres de estos no me querían en su casa.

Nadie me quiere consigo, nunca he tenido un maestro o una maestra que cuidara de mí, que me diera un hogar algo que todo gato y mascota desea y yo no soy la excepción, pero he aprendido que no hay que fiarse a la primera de los humanos por que pueden llegar a ser crueles y traicioneros...

Hace un par de meses fui capturada y llevada a una especie de cárcel para animales, donde me metieron en una jaula con comida y agua.
No se estaba tan mal gracias a ese detalle.

Varias personas venían pasando y después se llevaban a algunos de los que ahí estábamos con ellos.

Yo también fui llevada por alguien, ella era una mujer hermosa que al principio me trato muy bien, luego comenzó a descuidarme y finalmente volví a dar con mis huesos en la calle

Desde entonces he aprendido a desconfiar de los seres humanos...

No sólo por esa mala experiencia si no que por muchas otras y las tantas historias que he escuchado de distintos gatos, sobre lugares donde somos usados para experimentar.

Ese es otro motivo para tenerles desconfianza.

Ahora mismo me encuentro cansada y débil ya que hace días que no cómo nada y por si fuera poco tengo una de mis patitas lastimadas.

Esto se debe a que hace dos días, sentí el exquisito olor que desprende la comida, sin poder evitarlo busqué el origen de este, que venía de la parte trasera de un restaurante, específicamente de un contenedor. Otros animales callejeros me habían contado de ese sitio y advertido que si iba tuviera cuidado con que no me vieran ya que ahí odian a los animales callejeros en especial a los gatos.

No me podía creer que desperdiciaran y tiraran la comida cuando hay muchas personas y animales que no tenemos que comer en este mundo tan cruel.

Me acerque al contenedor para poder comer algo justo cuando salió un hombre vestido de cocinero cargando una bolsa de basura y cuando me vio soltó la bolsa.
Cogió una escoba y trató de golpearme con esta, mientras de su boca sólo salían cosas horribles " te voy a enseñar a no meterte en propiedad ajena estúpido gato" esta frase junto a otras que no quiero recordar entre los golpes consiguió hacerme verdadero daño en mi patita, hui de allí como puede mientras el gritaba maldiciones entre otras "¡largo bicho inmundo y no vuelvas!"
Ni por toda la comida del mundo pienso volver a ese lugar.

Estamos en otoño, hace frío, estoy hambrienta, herida y por si ya no tuviera suficientes problemas, ha empezado a llover y no tengo donde refugiarme.

Mi Gatita Anastasia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora