Al día siguiente, Bakugo y Todoroki se volvieron a encontrar en su aula, y en toda la clase de la mañana, el cenizo sentía una mirada clavada justo en su persona, lo hacía sentir incómodo y observado... Además, ¿Qué mierda quería la persona que lo miraba? ¿Cuál era su maldito problema?.
Cuando el timbre que anunciaba el receso sonó por toda la institución de U.A. Bakugo volteó como si de un búho se tratase, para ver quién era la persona que lo miraba, y fue cuando chocó su mirada con el hijo del héroe número dos.
-Joder maldito, deja de mirarme- Pensó Bakugo antes de volver a posar toda su atención en el ojo izquierdo de Todoroki, más específicamente en su cicatriz, para volver a sentirse algo ¿Triste?.
Tenía que solucionar eso ahora mismo.
Arrugó su ceño y corrió a sus apenas conocidos que ya se habían proclamado como amigos, y cuando terminaron quedando totalmente solos, se acercó y se sentó en la banca que el heterocromático tenía enfrente, mientras arrastraba su mochila para sacar un tipo de tupper con comida que él mismo había preparado.
Bakugo comenzó a hablar antes de que Todoroki lo hiciera.
-Bien bastardo tengo que preguntarlo así por qué no sé qué mierda me pasa pero justo ahora debería estar rompiéndote la bonita cara que tienes por haberme estado viendo todo el puto día, pero en vez de eso estoy aquí hablando lo mejor que puedo para controlarme, así que preguntaré, ¿Cuál es tu jodido problema conmigo?- El cenizo le apuntó con un tenedor de plástico de manera que se veía amistosa y nada agresiva aquella acción, Todoroki tenía que admitir que Bakugo se veía más calmado que el día anterior cuando chocaron.
-Yo no tengo ningún problema contigo...- También Todoroki estaba sacando de su mochila su almuerzo, pues ese día no tenía muchos ánimos de ir a comprar a la cafetería, y continuó. -¿Bakugo verdad?- El otro asintió sin darle mucha importancia. -Sabes... Desde ayer que chocamos, me recordaste a alguien, y al llegar a mi casa traté de investigar por qué me sentí así, y encontré un par de álbumes de fotos donde al parecer aparecemos tú y yo-
-Que directo- Pensó Bakugo. - Yo también lo conozco... Creo. Pero no puedo dejarme llevar por esto-
-Seguro estás equivocado bastardo, el único "amigo" que tuve en mi infancia fue Deku, nadie más- Respondió seco, simulando las comillas.
-¿Hablas de Midoriya?- Volteó a mirarlo.
-¿Acaso ya conocías al idiota también?- No ocultó en su mirar el hecho de que estaba sorprendido.
-Él también aparecía en las fotografías, pero casi en las últimas, pero en esas yo ya no aparecía, y por lo que tengo entendido... Tú me conoces desde que nací, ¿Eres mayor que yo verdad?-
Bakugo suspiró.
-Mira bastardo, lo volveré a repetir, no sé de qué mierda hablas, no te conozco- Bakugo miró un reloj que estaba en la pared, y ya llevaba 15 minutos atrasado, tendría que comer algo apresurado.
-¿Seguro?- Todoroki no se daría por vencido.
Sacó su celular de su bolsillo, buscó una imagen en concreto de las pocas que tenía, y cuando encontró la que quería, se la mostró a Bakugo.
El oji-rubí se le quedó mirando a su "yo" de pequeño.
En aquella foto, él estaba mirando a una versión bebé del joven que tenía enfrente, el niño que se suponía era él, miraba a aquel bebé con ternura y emoción, pero al no ver qué tenía la cicatriz actual en su ojo, volvió a sentir aquella presión, y sin poder soportarlo más, tomó su comida y salió corriendo de aquel lugar, dejando a el bicolor con un mal sabor de boca.
-¿Acaso él... me olvidó?- El solo pensar en aquello, hacía que Todoroki perdiera el apetito, e incluso sintiera ganas de llorar.
Ahora tendría que asegurarse de que Bakugo nunca lo olvidara, pero para eso, sabía que tendría que luchar por ello.
Holaaa :3
Espero que les haya gustado esta segunda parte, si quieren algún cambio, pueden decirme :3
Y sin más
Byee :3
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Recordarte de nuevo (Bakutodo) {Editando}
FanfictionUna amistad verdadera puede ser olvidada. Pero nunca será destruída hasta que las personas renuncien a ella, y Todoroki Shoto, nunca renunció a la amistad que había formado con Katsuki Bakugo, pero Bakugo había olvidado todo aquello que de niños hab...