Capítulo uno.

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Tres años después

Madison's POV

—Carter —escucho mi nombre de los labios del profesor Evans, tutor de matemáticas.

—Presente —digo levantando la vista de mi libro. ¿Quién lee libros en clases? Um, yo. Las personas normales platican con sus amigos pero, dado que no tengo amigos recurro a los libros. El profesor termina de pasar lista y algún padre de familia o viejo conocido lo llama en la puerta, haciendo que salga del aula para atenderlo; el desorden no se hace esperar.

—¿Podría ser más rara? —escucho a alguien cuchichear detrás de mí. ¿Olvidé mencionar que aquí todos hablan mal de mi? Ellos no saben nada. Después de que murieron mis padres me transfirieron de escuela tras haber perdido un año de clases y decidí que no entablaría amistades con nadie. Mi hermano es mi único amigo, si se le puede llamar así. Casi no lo veo, pero ha hecho tanto por mí que no tengo como agradecerle.

—¿Cuál es tu problema? —digo molesta viendo a Ashley, la chica 'popular' de la escuela que se ha esforzado en hacerme la vida imposible desde que llegué aquí. ¿Pueden creer lo cliché que es mi vida?

—Uy, la rara se enojó —dice causando un coro de risas detrás de ella.

—Ashley, déjala —dice una voz grave junto a ella y veo a Luke, otro chico de ese grupo de amigos, aunque no tan malo como los demás.

—No importa, Luke —digo viéndolo, no soy una niña pequeña a la que se tenga que defender.

—Te están molestando, Madison. Eso no es divertido en ningún sentido.

—En serio, no pasa nada. No suelo perder mi tiempo con personas falsas.

—¿Disculpa? —pregunta la perra de Ashley haciéndose la ofendida.

—Como escuchaste, no pienso perder mi tiempo contigo —digo y se escuchan varios 'oh' de parte del, ahora numeroso, público.

—Mira, rara. Tú no eres nadie para hablarme así y no pienso dejar que... 

—Ashley, cierra la boca de una vez. —se queja alguien detrás, Luke.

—Esto es entre ella y yo, no te metas —dice y Luke rueda los ojos.

—Es cosa tuya, ella no te ha hecho nada —me defiende el rubio captando mi atención.

—No pasa nada, Luke. Está bien todo entre nosotras, ¿no es así, rara? —pregunta dirigiéndose a mí, haciendo notable enfásis en 'rara'

—Vete a la mierda —espetó y regreso a mi lectura. No me gusta meterme en problemas; asisto al instituto por mera obligación, con un beca difícilmente aceptada. La beca solo cubre los gastos si mantengo un promedio alto y no puedo permitir que éste se vea afectado por estupideces; o por estúpidas.

—Hey, ¿está todo bien? —escucho una voz junto a mi y me encuentro con unos brillantes ojos azules.

—Supongo que sí —intento sonreír.

—No les hagas caso, no tienen algo mejor que hacer.

—Tanto plástico en las tetas debió afectarles el cerebro —digo y una carcajada sale de su boca haciéndome sonreír.

—Que bueno que lo tomes tan a la ligera —dice y me encojo de hombros.

—Gracias de todos modos —digo y él sonríe, mostrando su perfecta sonrisa.

—No es nada —dice restándole importancia con un ademán.

—En serio, nunca antes me habían defendido. Y tú no tenías porque hacerlo, de cualquier manera no...

—Hey, está bien. Que me junte con ellos no significa que también sea así; y la verdad no soporto que se burlen de las personas por cualquier tontería —me interrumpe.

—Eres agradable, Luke —digo sonriendo. Quizá no es tan malo después de todo; me refiero a que, vaya, me ha hecho sonreír.

—Tú también, Madison —dice y el profesor entra haciendo que todos regresen a sus respectivos asientos. Volteo hasta el lugar de Luke y le sonrío al ver que saca un libro de su mochila y me guiña un ojo.

El día transcurre rápido, al terminar las clases me dirijo a mi taquilla para guardar los libros que no necesito y comienzo el camino a casa. No queda muy lejos así que regularmente me voy caminando. Me coloco los auriculares y el mundo parece desaparecer por un rato.

—¡Logan! —llamo a mi hermano cuando llego. Aparece por la puerta de la cocina y me recibe con un beso en la frente.

—¿Cómo te fue, Maddie?

—¿En serio quieres que responda?

—¿Tan mal estuvo?

—¿Qué esperas? Han sido horribles conmigo por casi tres años.

—Que les jodan —dice y me hace sonreír, me encojo de hombros. —¿Alguna novedad?

—Uh, un chico del grupo de Ashley me ha defendido hoy. Luke, así se llama.

—Vaya, que amable de su parte. Espera, ¿te defendió de qué? —pregunta frunciendo el ceño.

—Ashley y su séquito de huecas, me molestaban porque... bueno, porque son huecas.

—Oh —dice mirando a un punto en la nada.

—¿Y a ti como te fue? —pregunto rompiendo el silencio que se ha instalado, está estudiando una carrera abierta ya que no puede ir a un campus.

—Supongo que bien —se encoje de hombros.

—¿Nuevos amigos? 

—¿Amigos? Además de Dylan no creo que existan más en este planeta —dice y le regalo una mirada triste. Bueno, no es que seamos unos ermitaños pero tenemos suficientes problemas como para preocuparnos por  'amigos'.

—¿Qué comeremos? —pregunto viendo a la cocina, en un intento exitoso de evadir el tema.

—Ensalada y carne —sonríe.

—Me parece perfecto —digo acariciando mi estómago y el ríe, dirigiéndose al comedor.

Tomamos nuestros lugares en el pequeño comedor y comemos tranquilamente. Esta es mi vida. Cuando ocurrió el accidente Logan tenía diecisiete por lo que vivimos con nuestros abuelos hasta que el cumplió la mayoría de edad y decidió hacerse cargo de mí, desde entonces vivimos solos en casa de nuestros padres. Los ingresos que tenemos son escasos, pues, el seguro apenas cubre los gastos básicos. Logan tiene un empleo de medio turno y yo trabajo los fines de semana en el negocio de mi tía. Todos los días es la misma rutina, mi vida ha sido una mierda desde hace tres años pero tengo la firme esperanza de que eso cambiará. Vaya, claro que tiene que cambiar.

Lonely // Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora