Capítulo dos.

256 17 2
                                    

Madison's POV

Camino hasta mi cama, tumbándome en ella y tomo la pequeña foto entre mis manos acércandola a mi pecho. La observo una vez más y siento las lágrimas rodando por mi mejillas. Es una foto de mi familia, hace cinco años cuando fuimos de campamento.

—¿Por qué se fueron? —susurro limpiando las lágrimas.

Han pasado tres años y sigo sin entender por qué fueron ellos y no yo, hubiera sido más fácil. Después del accidente todo ha sido una mierda, ni siquiera tuve amigos que me ayudaran a superarlo; Logan y yo nos las arreglamos para salir adelante solos. Me escondo en mi almohada y segundos después escucho que golpean a mi puerta.

—Pasa —susurro y me levanto limpiando mi rostro.

—¿Todo bien? —pregunta Logan sentándose a mi lado.

—Nada está bien, Logan —sollozo.

—Hey no digas eso, Maddie —dice y pasa un brazo sobre mis hombros mientras me acaricia el cabello con el otro.

—¿Por qué ellos? Pude haber sido yo, hubiera sido mejor —digo hundiéndome en su pecho.

—Madison —me llama y levanto la cabeza para verlo a los ojos —, nunca; escúchame, nunca vuelvas a decir eso ¿sí? Sé que es una mierda que hayan muerto, yo también los extraño; pero, ¿sabes la pesadilla que fue verte ahí, inconsciente en una cama de hospital? —pregunta tomándo mis mejillas en sus manos.

—Lo sé, pero yo no...

—Tú nada, fue horrible y moriría si algo más te hubiera ocurrido. Jamás repitas eso, ¿está bien? Te quiero, Maddie.dice esto último y besa mi frente.

—Te quiero, Logan —digo abrazándolo.

—Está bien, te quiero, hermana. ¿Siempre juntos? —pregunta separándose.

—Siempre juntos —le sonrío.

—Eres el mejor, ¿lo sabes?

—Sí, lo sé.

—Pequeño Logan —digo fastidiándolo.

—No soy pequeño, Mad —se defiende.

—Como sea.

—Creo que nos vendría bien descansar, ¿no?

—Supongo que sí. Hasta mañana, Log.

—Buenas noches, enana —besa mi mejilla y sale de mi habitación cerrando la puerta detrás de él.

Me visto con mi pijama y alisto mi cama para dormir. Me pongo cómoda bajo las cobijas y tomo el libro que está en mi mesita de noche. Comienzo a leer sumiéndome en mi pequeño mundo feliz. Leo unos capítulos más antes de que mis ojos comiencen a cerrarse.

*

Despierto gracias a los gritos de mi hermano que vienen de la sala.

—¡Madison despierta ya!

—¡Cállate! —gruño bajo mi almohada y me levanto de la cama.

Después de vestirme y peinarme voy a la cocina y me encuentro con un Logan sonriente.

—Buenos días —dice.

—¿Por qué tan feliz? —pregunto tomando una rebanada de pan.

—Es miércoles —sonríe.

—¿Y?

—¡Bolos, Madison!

—Dime que es una broma —me quejo. Tiene esa extraña costumbre de ir dos miércoles al mes con Dylan a jugar bolos. Cada cuatro miércoles tengo que ir yo y al parecer hoy es ese día.

—Tienes que ir, Maddie. Es una tradición.

—Que tú y tu amigo inventaron. No puedes obligarme.

—Por favor, será divertido.

—Te odio —digo y tomo mi mochila.

—Eres la mejor —dice besando mi mejilla y salimos de la casa.

Caminamos en silencio hasta llegar al colegio y cuando cruzamos la entrada se despide de mi para ir a clase. Me dirijo a mi casillero y cuando lo cierro veo a un chico mirándome fijamente.

—Hola —dice sonriente. Sus ojos marrones se iluminan cuando sonrie.

—Eh, ¿hola? —digo frunciendo el ceño.

—Yo... uh. Soy nuevo. Me preguntaba si podrías decirme donde es el aula de matemáticas.

—¿Por qué me preguntas a mi?

—No lo sé. Yo... sólo, te vi y creí que me ayudarías. Eh, lo siento. —dice bajando la mirada. No puedo evitar sentirme mal por la forma en la que le hablé.

—Oh, está bien. Yo... eh. Me toca matemáticas ahora. ¿Estamos en el mismo curso?

—Eh, no lo sé. Estoy en quinto semestre.

—Si lo estamos. Entonces, tenemos esta clase juntos. ¿Vamos? —digo y comenzamos el camino a clase.

—Soy Calum —dice rompiendo el silencio que se ha formado.

—Yo Madison.

—Lindo nombre —sonríe. Tiene una linda sonrisa. ¿Qué estoy diciendo? Ugh, tres años evitando a las personas y llega este chico a hablarme ¿por qué a mi? —¿Estás bien? —pregunta interrumpiendo mis pensamientos.

—Eh, sí. Yo... aquí es —digo abriendo la puerta del aula.

—Bien. Gracias. ¿Me puedo sentar contigo?

—Claro —respondo. No veo porque no ser amable con él. Entramos a la clase caminando a dos pupitres vacíos que hay al fondo.

—Uh, la rara tiene un nuevo amigo —escucho una voz a mis espaldas y me detengo. Calum me ve confundido pero lo ignoro, me volteo y sin pensarlo estrello mi mano en la cara de Ashley.

Lonely // Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora