4) LA ARMONÍA

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4) La armonía

Uno de los principios de planificación del juego, además de lo concreto y lo dinámico, es también la actividad armoniosa de las fuerzas en el proceso del juego de ajedrez. Sobre esto, la pregunta, por supuesto, no es sobre la interacción mecánica de las piezas, sino sobre su actividad combinada dentro de los límites de un solo plan. Por lo tanto, es importante que la actividad armoniosa de las fuerzas tenga un propósito, que se dirija hacia la realización de un plan de juego real, que surja de las características concretas de la posición.

Para explicar nuestros pensamientos, veamos la siguiente posición simple.

Los alfiles y damas de ambos bandos operan armoniosamente, pero si, para las negras, esta armonía, que tiene como objeto la posición del rey enemigo, es en gran medida efectiva, entonces para las blancas, por otro lado, a pesar del conjunto absolutamente idéntico esta configuración es como un cuatro de espadas en el truco.

La conclusión es clara: la armonía en las operaciones de las fuerzas no es un factor autónomo, sino que está subordinado a un plan general de juego. Operación armoniosa de fuerzas dentro de los límites de un plan real: este es el tipo de operación donde cada pieza complementa a las otras piezas y es necesaria para el logro del objetivo establecido.

Nos encontramos con un tipo de armonía de fuerzas en casi todos los juegos. Doble torres en la columna, a veces concentración de las tres piezas pesadas en líneas abiertas, ataque de un objeto previsto con varias piezas y peones, duplicación en diagonal, operación conjunta de las torres en el séptimo u octavo línea ("¡tormenta de torres!" ) y muchas otras operaciones coordinadas de piezas pueden servir como una vívida ilustración de una armonía decidida.

El establecimiento de operaciones armoniosas depende de la tarea planificada. Por lo tanto, al doblar en diagonal, a veces será más favorable colocar a la dama al frente (como en el ejemplo que acabamos de ver), aunque a veces uno debería preferir la disposición de la dama detrás del alfil. Lo mismo es cierto también con respecto al funcionamiento de la torre y la dama en una columna abierta.

Por lo tanto, es el carácter de la posición, el objetivo planificado, la profundización concreta de la dinámica en la posición, lo que determinará no solo la dirección del funcionamiento armonioso de las piezas, sino también una forma constructiva de armonía. Por lo tanto, se deduce que la armonía en las operaciones de las fuerzas depende tanto de un plan real como de las características de la posición bajo revisión en una lucha dinámica. Desde este punto de vista nos fijamos en tres finales.

Juegan las negras.

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