El tablero de ajedrez conoce tres tipos de líneas: Las columnas [verticales], las filas [horizontales] y diagonales. Las columnas sirven como caminos de invasión para las piezas pesadas en el campo enemigo; las filas: para la transferencia de piezas pesadas de un flanco al otro, mientras que, en una invasión al campo del oponente, también para la entrega de un golpe de flanco; diagonales: para la acción del alfil y la dama.
Comenzamos con la acción conjunta de la dama y el alfil. Estos se expresan ya sea al doblar en una diagonal abierta o diagonales adyacentes, o en un ataque desde diferentes lados en puntos debilitados en el campo del oponente.
En algunas aperturas, El blanco se da cuenta rápidamente de uno de los aspectos de la actividad armoniosa de estas piezas. Como ejemplo, podría servir la siguiente variante del juego de Viena:
1.e4 e5
2.Cc3 Cf6
3.Ac4 Cxe4
4.Dh5 ...
El primer golpe contra el punto f7 desde dos direcciones.
4... Cd6
5.Ab3 Cc6
6.Cb5 g6
7.Df3 ...
El segundo golpe combinatorio en la casilla f7; esta vez la dama opera en la columna.
7... f5
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8.Dd5 ...
Doblando [formando la máquina del tren] en la diagonal a2-g8.
Como es bien sabido, las negras deben sacrificar el cambio por 8... De7 para repeler el ataque energético en el punto f7. Es cierto que la experiencia práctica muestra que esto le da una iniciativa peligrosa, que compensa por completo las pérdidas materiales.
Las blancas también lanzan rápidamente un ataque a lo largo de la diagonal a2-g8 en el punto f7 en varias ramas del Gambito Evans: por ejemplo en la variación
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Ahora las negras no pueden jugar 7... De7 o 7... Df6 debido a la pérdida de una pieza después de 8.d5. 8... Cd8 9.Db5 y el alfil de a5 cae.
La respuesta correcta es:
7... Dd7
Lo que le permite mantener buenos recursos defensivos. En el medio juego, el ataque del alfil y la dama en la diagonal larga, con el objetivo de crear amenazas de mate para el rey del oponente, es la expresión más efectiva de armonía en la operación de las piezas diagonales.
