El final del segundo juego del partido para el campeonato mundial entre Em. Lasker y Tarrasch (1908) sirven como un ejemplo clásico de este plan. Lasker, con las piezas negras, jugó mal la apertura, perdió un peón y su derrota parecía inevitable. A partir de entonces, sin embargo, gracias al juego indiferente del oponente, logró iniciar una contra-lucha en el centro alrededor del peón blanco aislado en e4.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las negras acaban de jugar 24... d5 y amenazan no solo con 25... dxe4 26.Cxe4 f5, sino también con 25... Dg6. La continuación correcta para las blancas era ahora 25.Cf5, por lo que, en 25... dxe4, para responder 26.Cxh6. Sin embargo, en el caso de la retirada del alfil, es posible 26.exd5, provocando un intercambio de torres; el caballo ocupa una excelente posición en f5 y después de 25... Af8 (por ejemplo, 26.exd5 Ac5+ 27.Rf1 Dg6 28.Txe5 Txe5 29.g4) es difícil para las negras continuar el ataque.
Sin embargo, Tarrasch toma inmediatamente d5 y expone la casilla e3, que Lasker no deja de explotar energéticamente.
25.exd5? ...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
25... Ae3+ 26.Rf1 cxd5 27.Td3 ...
Las blancas subestiman el papel del alfil en e3. También ahora debería continuar 27.Cf5 d4 28.Cxe3 dxe3 29.Te2, sometiéndose a una posición apretada, pero lejos de la desesperanza.
27... De6 28.Te2 f5 29.Ch1 f4 30.Td1 d4
El poder del alfil es ahora revelado en todo su esplendor. Bajo su cobertura y su ayuda, el ataque de las negras rápidamente y sin ningún obstáculo conduce al objetivo.
