Cpt. 05- Vestido.

695 86 124
                                    

(aún no escuchen la canción de ahí arriba, io les aviso cuando)

Narra Ruggero

Mis manos estaban temblando, mientras una sonrisa se instalaba en mi rostro.

Estaba bien, al menos.

Cerré los ojos, recordando la ultima vez que hicimos el amor, dormí tan bien esa noche, no tuve una puta pesadilla que me joda.

-Te extraño -susurré, acariciando su carita.

Le había dicho que no le rogaría más pero ¡joder, ahora mismo quería ir a ella y arrodillarme hasta que diga que volverá conmigo!

Aún esperaba que vuelva, le había dicho esas mierdas para que reflexione, para que se de cuenta.

Yo se que ella me ama y que toda la mierda que soltó era solo para que me fuera, pero ella me amaba aún, me lo demostró cuando hicimos el amor, estaba tan ansiosa como yo por sentirla.

-¡Ruggero, mueve el culo! -grito, abriendo la puerta.

-Deja de joder -gruñi, cuando abrió la ventana.

-Nathalie espera abajo, y creeme cuando te digo que golpearé al hormonado de Leonardo si sigue de resbaloso con la hermana de mi novia, ese es el papel de Gian.

-Golpealo, eso funciona -guarde las fotos nuevas de mi Huracancito en el primer cajón de la mesita de noche, junto a las pastillas.

-Ya quisiera hacerlo, pero perdería el tiempo.

-¿Por qué te importa que este de resbaloso con la hermana de tu novia?

-Ya lo entenderás luego. ¡Levantate, Ruggero!

-Estoy levantado, mierda.

-Ve a bañarte.

-Me bañe hace una hora, estúpido.

-Entonces, vámonos, que Nathalie esta muy impaciente por comprar la ropa de la bebé.

-Cierto, jamas me dijiste que era.

-¿Qué parte de "la bebé" no has entendido?

Asenti, andaba medio idiota últimamente. Bueno, más de lo que era ya.

-¡Me van los coños! -grito la hermana de Nathalie, Lidia.

Solté una carcajada al ver el rostro sorprendido del hormonado.

-Oh ¿por qué no empezaste por ahí? -sonrió y dio la vuelta- Los consejos de Gian no sirven -gruño, entrando a la casa.

-Pobrecito -murmuro Nathalie, acariciando su, ya gran, barriga.

-Sí, si me gustaran los chicos saldría con él -murmuro Lidia.

-Quiere seguir los pasos de su hermano Gian, no te lo recomendaría.

-¿Qué tiene el tal Gian?

-Que es un puto que se folla a todo lo puede.

-Ah -soltó una carcajada.

-Tan tranquilo que se veía -murmuro Nathalie.

-Pues no te dejes engañar, son unos estúpidos -gruñi.

-Tú también -Blas me miro.

Asenti. Sí, yo también soy una mierda, más si no esta mi Huracancito.

-Ya llegamos -Lidia salió rápidamente del coche.

Puse los ojos en blanco y también salí, bufé cuando entramos a la tienda de ropas de bebés.

Mi Huracán De Emociones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora