Mi Huracán De Emociones

Cpt. 17- Rapunzel.

Ruggero.

—¿Está muerto? —preguntó en un sollozo.

—Sí, Rapunzel, está muerto —le respondió Lorenzo.

Gruñi y la abrace más fuerte, no me gustaba verla llorar, me jodia.

—El hormonado esta bien, Huracancito. Además, —le tomé de la barbilla e hice que me mirará— Nos hubieras hecho un favor al matarlo.

Gian soltó una carcajada al escucharme.

—Dios —continuaba riendo.

Leonardo estaba aún en el suelo con los ojos cerrados pero respiraba. Aunque eso ahora no importa.

Lo que ahora importa es que ni Huracancito se siente mal, y no le veo el caso pues hubiera agradecido que lo matará.

—Él esta bien, Huracancito —le besé la frente.

Aún seguía llorando.

—Ven, vamos por unas hamburguesas —le sonreí.

Ella asintió limpiándose los mocos con el pañuelo que le había pasado.

—Ya, Leo, levanta que ya fueron —le habló Fran antes de que mi novia y yo saliéramos de la sala.

—¿Ya se fueron?

Mi Huracancito abrió muchos los ojos al verlo y oírlo hablar.

—¡Pensé que estabas muerto! —le señaló.

—¿Me traes una hamburguesa? —hablo mientras se levantaba con una sonrisa— Tengo hambre.

—¡No te traeré nada! —gruñó antes de salir a pasos apresurados.

—Te dije —le recordé cuando entré en el coche.

—Pensé que lo había matado, ¡había sangre!

—Huracancito, no tienes la fuerza suficiente para matarlo.

El golpe no se hizo esperar, luego otros más.

—¿Ya terminaste? —le sonreí cuando se detuvo, su respiración estaba acelerada y tenía puesta una mano en su pecho.

—¡Los odio! —gritó, antes de cruzarse de brazos.

—Lo dudó.

Chilló y empezó a maldecir, estaba apuntó de decirle que deje de hacerlo pero se veía lo suficientemente tierna como para permitírselo.

—Dormiste conmigo — le recordé cuando estábamos cerca a la hamburguesería.

Ella ya había dejado de maldecir hace unos minutos.

—Oh, sí —frunció el ceño— Hoy voy a mi casa.

—¿Qué? ¡No! —gruñi— Te quedas.

—No lo creo —estaba sonriendo— Ya hemos hablado de esto, cielo.

—Huracancito.

—No voy a ir a ningún lado —me miró— Eso debes tenerlo claro. Debes tenerme confianza.