W I T H M E [Steve Rogers] ( II )

Alianzas rotas

-¿Cómo te ha tratado la vida de fugitivo? - Emilia le dedicó una sonrisa divertida al rubio a su lado.

Era divertido porque ambos sabían que ese título no le quedaba, Steve podía ser cualquier cosa, menos un criminal.

-No tan bien como a ti la vida en la política - respondió mirando a todos los trajeados que se paseaban por la sala para después regresar su atención a la castaña - ¿Estás bien?

-Sí claro - se cruzó de brazos - todos son muy amables sobre todo tu aliada Sharon ¿verdad?

El rubio frunció el ceño, no consideraba que la palabra aliada fuera la ideal para describir a Sharon; al momento ni siquiera sabía porque los ayudaba, pero se lo agradecía. Aunque al parecer Emilia no.

La castaña tenía un semblante sarcástico y mordaz, parecido al que la distinguía cuando apenas acababan de conocerse.

Clarke, por otro lado, se dió un golpe mental y se reprendió por haberse ido de la lengua con todos sus impulsos al volante.

Ella no era así, no era celosa y se odiaba por sacar a relucir ese lado suyo por primera vez en un momento como ese, pero le era inevitable. Estaba acostumbrada a hablar las cosas de frente y no se limitaría a hacerle saber a su novio que su ex le caía en la punta del pie.

-¿Has hablado con Sharon?

-¿No lo sabías? Ya somos íntimas - le golpeó amistosamente el hombro y Steve alzó una ceja - Vamos de compras juntas, nos dejamos ropa, nos contamos las experiencias amorosas...

Steve cerró los ojos con fuerza y se llevó una mano al puente de la nariz, al escuchar esto último. Ya tenía suficientes cosas en la cabeza como para meterse en un problema más por simples malentendidos.

-Em...

-¿Porqué no me habías contado que tenías una ex tan... - hizó las manos puños y le sonrió forzadamente - fantástica?

-Yo no...

-Hey - Tony llegó donde la pareja y lo primero que notó fue la mirada matadora que le dedicaba la castaña. Frunció el ceño y luego miró al primer vengador en busca de algo de apoyo pero este estaba más ocupado, intentando huirle también a la mirada acusatoria de su novia - lo lamento, ¿te lo puedo robar un segundo?