Nuestra Historia de Amor

Capitulo XIII

A Terry casi le da un paro cardíaco cuando regresó a casa de su padre para ponerlos al tanto de las buenas nuevas, creyéndose que era portador de una gran noticia que sorprendería a todos, pero el sorprendido fue él, al encontrarse con que su padre y su madre habían viajado a Gretna Green para contraer matrimonio a escondidas de todas las cotillas Londinenses.

Conforme Rachel lo ponía al tanto, Terry sentía que su mandíbula se desencajaba estrepitosamente.

—Como se han marchado a Gretna Green , ¿acaso se volvieron locos?

—Terruce creo que estas siendo muy dramático, tu mejor que nadie debes comprenderlos y apoyarlos, aunque tampoco es como si necesitaran tu aprobación y tu apoyo, ellos son lo suficiente mayores para tomar las riendas de su vida, sin importar cuantos años hayan pasado —En su lugar, deberías sentirte orgulloso por ambos, de que por fin decidieron luchar por su felicidad sin importar lo que los demás digan o piensen.

Terry se dejó caer resignado sobre el amplio sofá, tras reconocer que todo cuándo Rachel le decía era cierto; —¿quien era él para recriminar cualquier cosa a sus padres?, después de todo su padre estaba haciendo lo mismo que él hizo cuando partió de Londres, mandar todo al caño por el amor de Candy, así que ¿Que podia reprocharles?, nada, ellos tenían derecho a escribir su propia Historia de Amor sin importar cuantos años tuvieron que esperar para hacerlo.

Rachel se sentó junto a Terry —Sabes Terruce, mi madre me restregó en la cara que no soy hija de Richard Grantchester, sé que no mintió, pero la convicción en las palabras de nuestro padre, negando la versión de mi madre, fue algo que llegó a lo mas profundo de mi corazón, porque a pesar de no llevar su sangre, sé lo mucho que él nos ama a Nick y a mi de la misma manera como nosotros lo amamos a él.

—Rachel, no pienses mas en eso, padre no es el que engendra, sino aquel que cría, educa y está allí cuando un niño emite sus primeras sonrisas, dice sus primeras palabras, da sus primeros paso, cuando pasa las noches en vela al cuidado del pequeño que se encuentra enfermos, el que corre para ayudarlo a levantarse cuando este se cae, y sé que nuestro padre hizo todo eso por ustedes, en especial por ti, él te ama y para él eres la princesa de su corazón —Terry la abrazó —olvida todo cuanto tu madre dijo, Nick y tu son unos Grantchester.

—Gracias Terruce, gracias por aceptarnos a pesar de todo el daño que mi madre te hizo a ti y a tu madre en el pasado, a todos los,desplantes que recibiste por parte nuestra.

—Rachel, los hijos no son culpables de las aciones de sus padres, además Nick y tú eran unos niños y solo seguían las ordenes de tu madre, en cuanto a Richard, creo que él sí heredó los malos sentimientos de su madre.

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Tres días después

Los empleados de Grantchester House corrían de una lado a otro, en una carrera contra el reloj.

Tras obtener una licencia especial Terry y Candy contraerían matrimonio en una ceremonia íntima en donde tendrían como únicos invitados a sus familiares y los actores de la compañía Stratford.

Narcisos blancos y amarillos eran parte de los arreglos en el interior de la capilla de Grantchester House.

Terry se encontraba inquieto en el altar, cada cierto tiempo sacaba su reloj de bolsillo comprobando que efectivamente Candy tenia cinco minutos de retraso.

—Terruce, es normal que las novias se retracen —Richard su padre trataba de tranquilizarlo.

—¿Padre y si no llega?

—Oh vamos Terruce no seas paranoico, crees a casa a Candice campas de hacer tal cosa.

—Bueno al decir verdad, ¿no la creo capaz, pero y si la secuestraron? —la cabeza de Terry comenzaba a recrear todo tipo de escenarios.