Mis hermos@s lectoras, aquí les dejo este capítulo lleno de revelaciones, espero lo disfruten y no olviden dejar sus comentarios.
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El regresar a casa desaliñada se estaba volviendo una costumbre para la remilga Elisa Leagan y las excusas que inventaba eran cada vez mas absurdas.
Era la tercera vez en lo que iba de la semana después de aquella fiesta la cual lo único que recordaba eran los maravillosos dedos de aquel hombre que la trastornaba con solo mirarla.
Sin saber siquiera que relación tenia aquel maravilloso hombre con Terry algo que tampoco le interesaba saber si seguía haciéndola vibrar de aquella manera tan condenadamente deliciosa; aprovechaba las visitas que el actor le hacia a quien consideraba aún su eterna enemiga, sentimiento que había pasado a segundo plano, para escabullirse con el acompañante de Terry a cualquier rincón de aquella enorme casa que les brindara la privacidad que necesitaban.
Ella era consciente que su comportamiento no era precisamente lo que se esperaba de una dama de alta sociedad, pero...¡demonios! Nunca nadie le había hecho sentir todas aquellas cosas.
Miró por su ventana como siempre lo hacia, sabiendo que esa era la hora exacta en la que Grantchester llegaba a visitar a la ex hospiciana, sonrió al ver como su castaño baja del auto pero lo hacia solo, miró su reflejo una vez mas en el espejo para comprobar que estaba perfecta y salió casi corriendo de la habitación.
Nada había preparado a la estirada Elisa Leagan para lo que a continuación escuchó.
—Charlie no sabes la alegría que sentí cuando Terry me contó que después de tu arresto en el Hospital Santa Juana, puso a tu disposición los servicios del mejor abogado de New York para que te sacara de aquel reformatorio juvenil, me dijo también que el hecho que él no levantara cargos por haberte hecho pasar por él, ayudó mucho para que no te condenaran por usurpación de identidad.
—Asi es Candy, le debo mucho a Terry, de no haber sido por él, creo que aún estuviera tras las rejas de aquel espantoso lugar —gracias Candy —le dijo con una sonrisa —no pude agradecerte personalmente ni a ti, ni a aquel cirujano todo lo que hicieron por mi entonces, pero si pude hacerlo a travez de aquellas dos flores que hice con mis propias manos —quiero que sepas que le he pagado a Terry todo el dinero de la cuenta de aquel hospital por el cual tu trabajabas tiempo extra para poder recaudar el dinero que aquellos dos jóvenes te exigían.
El ruido de un jadeo en las escaleras llamó la atención de Candy y Charlie quien se giraron para encontrarse con una Elisa Leagan que los miraba con ojos muy abiertos y con el rostro mas pálido que una hoja de papel.
La mirada de la pelirroja pasó de Candy a Charlie y cuando sus ojos se cruzaron con los de el último sintió que su corazón se desgarraba dentro de ella.
Se sentía como una completa idiota que se había dejado seducir por un delincuente.
Cubrió su boca y negó con la cabeza, se dio media vuelta y subió corriendo las escaleras ante los atónitos ojos de Candy quien no entendía nada lo que estaba pasando.
—Creo que lo mejor es que me marche —dijo Charlie —ya he cumplido con el encargo de Terry.
—Gracias Charlie, dile a Terry que no debe preocuparse que comprendo que a pocos días de la presentación en Teatro de su Majestad, debe dar lo máximo en los ensayos —Candy sonrió —y una vez más, muchas gracias Charlie por venir hasta aquí y ponerme al tanto personalmente.
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Terry se encontraba en el interior de su camerino cuando un ruido en el exterior llamó su atención.
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Nuestra Historia de Amor
FanficCinco años y medio habían pasado desde la despedida en el umbral de la puerta de salida del Hospital San José. Cinco años y medio en los cuales las vidas de Candy y Terry sufrieron cambios significativos, personas que se fueron y personas del pasado...