6° Pollo a la barbacoa

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—Pollito de mierda —Murmuró Jungkook.

—¿Disculpe? —El camarero se veía cada vez mas reacio a mostrarse estrictamente profesional, Jungkook lo había llamado más de cuatro veces.

—Oh, solo pensaba en voz alta ¿Cuál es tu nombre? —El pelinegro colocó su mejor sonrisa de conquista, haciendo que Yoongi casi se atragante con la salsa de barbacoa.

—Taehyung. ¿Acabó con esto?

—Sí, gracias— El camarero hizo una mueca para apresurarse a retirar la canasta en donde Jungkook había devorado una porción de papas fritas.

Yoongi le echó un vistazo a la puerta para después ver como el determinado grano en el culo que tenía como mejor amigo, volvía a llamar al camarero.

—¿Señor, se le ofrece algo más? —La exasperación en el rostro de Taehyung era casi cómica, vio como detrás de la barra de la cocina, un hombre se reía con los cocineros señalando de vez en cuando su mesa.

La vergüenza ajena bro.

—Un tarrito de mayonesa y tu número, gracias —Yoongi se quería esconder debajo de la mesa, al parecer Jungkook tiró la sutileza por la ventana o tal vez también se la comió.

—En seguida, señor —Siendo ignorado una vez más, Jungkook le sostuvo el brazo aun con esa mueca de conquista apachurrada en su rostro.

—Soy Jungkook

—En seguida, señor Jungkook —El camarero asintió nuevamente para después irse.

Yoongi comenzó a reír silenciosamente mientras el mesero se iba, para después soltar carcajadas estrepitosas, el rostro de confusión de Jungkook en ese momento no tenía precio.

Kook observó el camino por donde se fue el camarero después de causar que Jungkook ponga en duda sus armas de conquista.

—Tal vez estoy tragando mucho, dime ¿Tengo papada? —El pelinegro se toqueteo el cuello alisando su piel hacia abajo

—Tienes una hermosa papada kookie —Respondió Yoongi riendo bajo en cuanto el menor sacó su celular para revisar su inexistente papada.

—No me asustes pendejo

—Si no tenías papada en la mañana, no tendrás papada en la tarde, estúpido

—¿Estúpido? Se te fue el pollo, amigo.

—Maldita sea.

Jungkook siguió riendo, al parecer víctima de un ataque de risa que el camarero cortó en cuanto puso la cuenta en la mesa.

TU POLLITO •ym•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora