Donnovan Jonhson
¿Alguna vez se han preguntado como es ser evaluado por Lizbeth Jonhson? ¿Pasar por esa retina que es tan meticulosa? ¿Escuchar esas palabras que no te dejan en claro si le agradas o quiere que te vayas directamente a la mierda?
Bueno, yo sí lo sé.
Viví hasta mis veinte años con un hombre exactamente igual a Lizbeth, nuestro padre. La veo caminar por el taburete, lleva un traje carmesí y una blusa blanca. Su mirada es penetrante y atemorizadora. Lizbeth es una mujer de armas tomar, nadie sabe lo que pasó años atrás cuando regresó de Francia, sus cicatrices son sus más grandes secretos. Aunque ha sufrido tanto, no quita que es una mujer sumamente estresante y molestosa.
Por ejemplo, el día de hoy me obligó a venir a sentarme aquí, solo para ver a los candidatos, hacia su tortura favorita. Solo me eligió porque Alejandro también tiene una vida, que mal momento para ser su hermano. Chloe ingresa al auditorio y por supuesto tiene que llevar un cigarro en la mano. Se acerca me da una mirada y como sino hubiera expuesto sus tratos bajo la mesa en la Gran Cena Jonhson, me saluda y palmea mis mejillas con una gran sonrisa.
«¿Qué le pasa?»
Chloe se sienta a mi lado, me da una mirada.—¿Cómo estás, Maddxon?
—Mejor que ayer, peor que mañana,—ella sonríe y comienza un pique de desconfianza total.
—Me alegro que te encuentres bien, hoy será un maravilloso día.
—Esperemos,—respondo, ella fija su mirada en Lizbeth.—¿Porqué tanta emoción?
Chloe me da una mirada,—ya lo entenderás.
—Iniciemos con las entrevistas,—dictamina Lizbeth sentándose a mi lado. Le entrego los portafolios, el primero es Andrés. El joven de aspecto ñoño entra al escenario, mis ojos se fijan en él. Inmediatamente veo como pasa saliva al enfocarse en nosotros.—¿Andrés?
—Sí,—dice tartamudeando, en definitiva, está negado.
—Bien, preséntate.
—Soy Andrés Raymond,—dice con un tono de nerviosismo, me recargo en la palma de mi mano. El joven comenzó a decir cualquier tipo de idiotez, mientras que yo solo estaba esperando al perfecto «No» de mi hermana.
Miro a Lizbeth quien se mantiene seria y con una expresión de confusión,—muchas gracias, Andrés, nos comunicaremos contigo.
El joven asintió mientras descendía del escenario, dando paso a otra mujer que ingresaba con gracia. Una sonrisa perfectamente dibujada se reflejó en mi rostro al verla. Vestía una elegante caffarena de lana blanca y una falda negra, combinadas con las icónicas pantimedias negras con el logo de Chanel, como era su costumbre. Mi hermana se acomodó en su asiento y comenzó a hablar.
— ¿Qué puedes aportar en esta campaña?
— Bueno, como economista de segundo semestre, puedo ofrecer un enfoque fresco y analítico a los desafíos económicos que enfrentamos. —Dice ella con una expresión seria,—Aunque aún estoy en las primeras etapas de mi formación, he adquirido una comprensión sólida de los principios económicos fundamentales y estoy ansiosa por aplicarlos en un contexto práctico.—Camina por el escenario teniendo un excelente dominio.—Además, mi capacidad para analizar datos y tendencias económicas me permite contribuir con ideas informadas sobre políticas y estrategias que podrían beneficiar a nuestra campaña. Estoy dispuesta a aprender y a trabajar en equipo para encontrar soluciones creativas a los problemas económicos que enfrentamos.
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Mi Perdición
Teen FictionÉl un completo arrogante y narcisista. Ella orgullosa y resentida. Él regresa de su año sabático. Ella inicia una nueva vida. Ambos cruzan miradas a través de un flash. Sin pensar que ella se volvería su perdición. Y él su dolor de cabeza. Pero tamb...