Si había algo que odiaba Lyan, era la injusticia. Se inscribió a cuanta cosa había para ayudar . Era activista, a su manera.
Odiaba que la escuela se transformara en un centro de esclavización. Cuando ella tenía 14 años, cambió a una escuela mejor, pero una escuela podrida; una escuela arrogante y discriminativa, pero ella pensaba que no importaba, ya que estaría por sólo 4 años más.
Un día fatídico, algo sucedió en Lyan, algo explotó en ella, como nunca antes. Ella era pacífica, socializadora y muy amable con todos, era algo hipócrita quizás, porque nunca sintió ese cariño por los demás, más bien, sólo hacía lo que hacía por compromiso.
- Bien chicos, hoy daremos los premios a los alumnos más destacados del curso en rendimiento, asistencia y esfuerzo.
Lyan miraba a la profesora con odio.
- Profesora, no entiendo por qué los profesores deciden esto, ya que ellos no siempre están con nosotros, y no ven nuestro real esfuerzo. Esto está mal- dijo una compañera muy afín a Lyan.
- Chicos, los profesores juzgamos por lo que vemos y si alguien no tiene buenas calificaciones, simplemente no se esfuerza.
Un abucheo comenzó hacia la profesora, pero no se sabé por qué ni cómo, que Lyan los hizo callar con un grito.
- ¡Ya basta! ¡Cómo es posible que mendiguen por un premio así!- ya más calmada dijo- En la vida siempre encontrarán personas que no valorarán lo que uno hace.
- Lyan, - intervino la educadora- eso no es verdad, nosotros...
- Ustedes lo único que hacen es hacernos competir los unos a los otros. Nos categorizan y nos ponen un patrón a seguir, cuando debería ser todo lo contrario.
- Tú no deberías hablar tanto Lyan, se consecuente. Has faltado casi todo el año y dices eso- afirmó la profesora.
- Y usted debería tener algo de ética. Si tiene algo que decirme, dígamelo personalmente.
- Sal afuera.
- Ah, ahora veo, algo le molesta y no se le ocurre otra cosa que echarme. Si quiere hacerlo, traiga a varios más que no lo logrará.
En ese momento, lo profesora también explotó. Llamó a la directora y Lyan salió de la sala. Llamaron a sus padres y quedó citada para el otro día.
Entró a la oficina y se sentó en frente de la directora, de todos los profesores y de la rectora general. Aún no comprendía que era lo tan grave.
- Lyan, hemos revisado tu caso en conjunto, y vemos un gran cambio desde el comienzo de este año. No sabemos lo que te pasa, pero irás con el psicólogo del colegio- dijo la directora severamente a Lyan- ¿Alguna pregunta?
- Sí claro. Primero, ¿qué les molestó más? ¿El haberle dicho la verdad a una profesora? ¿Ó que mis palabras, probablemente causarán motivación en mis compañeros para rebelarse?.
- Lyan, no se trata de eso. Tú eras una persona amigable, amable y amiga de todos y queremos saber qué te sucede.
- Enviandome con un loco menos lo sabrán.
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Wonderwall.
SpiritualDe una chica amable, sociable e hipócrita a alguien totalmente despreciable, pero sincera.