꧁Capítulo 8꧂

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-MIA-. Gruño el.



Enterró su cara en su cuello y se restregó fuertemente a Liz, joder, se sentía tan jodidamente bien y los sonidos que soltaba eran increíbles, le dolía la polla, la quería penetrar de una estocada, se sentía tan salvaje.



Ella se temió un poco, el estaba agitado y algo desesperado, eso la alarmo.



-Espera, despacio.- Jadeo ella al sentir el frío en sus pechos, intento alejarse un poco de el para tomar aire y Catus la beso, la atrajo hacia él desesperadamente, Liz jadeo y le mordió el labio inferior intentando llamar su atención, el gruñó y se separó un poco, la miro profundamente a los ojos y se pasó la lengua en el labio inferior.



- No suelo ser agresivo, yo no muerdo en el sexo, pero si es lo que mi mujer quiere, eso le daré.- El le sonrió plenamente, pero jodidamente sexi.



Ella jadeo, el estaba en un estado de frenesí puro, sintió como se mojaba solo de ver esa expresión en su rostro.



Se agachó para tomar su cuello pero Liz soltó en voz alta...



-¡Espera! No me refería a eso cuando te mordí, es que estás siendo un poco rápido, no es que no quiera, claro que quiero, solo que un poco más lento.- Ella se avergonzó, demonios ella empezó todo, pero sentir a Catus de lleno sobre ella y tan apasionado, la intimidó un poco.



El aspiro profundo, y calmo un poco su respiración.


-Lo lamento, no fue mi intención asustarte, es solo que...- El suspiro.



El desvío la mirada y la dejo sentada en el escritorio de el consultorio, pero no sé despegó de ella, se sentía frustrado, mierda, como decirle que hace un buen tiempo que no tiene sexo con nade, se atrevería a decir que hace años que no lo hacia, no es que no quisiera, era solo que no le volvió a interesar después de haber podido tomar las riendas de su vida, después de haber tenido relaciones con una mujer de su pueblo simplemente se sintió vacío, prefería atender sus necececidades el solo, por eso el se comportaba de esa forma con ella, cuando olio por primera vez su olor, no pudo evitar dejar salir sus instintos, como explicarle que solo la quiere para el, la asustaría, se relajo y la volteó a ver, Liz lo miraba con profundidad y seguía oliendo delicioso, se aclaró la garganta y empezó a arreglarle su blusa.



-Lamento haber sido tan brusco, iré por víveres para la casa, regreso en unas horas, ¿Estarás bien sola?.- Le dijo mientras tomaba sus caderas.



Su mirada fue fija, de anhelo y de duda, ella calmo su respiración y sintió seca la garganta, joder, lo había arruinado.



-Yo... Si, estaré bien, no te preocupes, me quedaré aquí a acomodar y a ponerme al corriente con los animales, ¿Te espero o me voy cuando termine?.- Ella se sintió decepcionada.



Ella desvió la mirada, estaba evitando verlo, eso extraño a Catus pero estaba mejor así, si volvía a tener contacto visual con ella por el momento no se controlaría, necesitaba pedir la opinión de un macho que tenga a una hembra humana, Sailent estará bien, era parte primate como el.



-Esperame aquí.- Le beso la cabeza cariñosamente.



Ella asintió y se alejo de el.



-Bien-. Liz se giro y camino hacia afuera del consultorio, se había molestado y no sabia por que mierda lo había echo, joder, si el problema lo había echo ella, se sintió avergonzada por su actitud.



Catus la miro alejarse, quería ir tras ella, pero se contuvo, le dijo un último adiós y salió rumbo a la cabaña.



Liz lo miro alejarse entre el sendero, no entendía que pasaba, ella estaba ahí, quería que la tomara pero con más calma, ¿Se molestó el por su actitud?.

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