El chico del bus. || h.s

Verano 024.15

Ésta mañana, mientras dibujaba en mi ventana, algo chocó fuertemente contra ella, causando un estruendoso ruido y que cientos de vidrios se esparcieran por la habitación. Dejé la libreta a un lado para acercarme a aquel objeto: una roca. Pero no solo era una roca común y corriente, tenía una nota: «Abre la puerta...» inmediatamente después de leer eso, bajé corriendo las escaleras y abrí la puerta. Grande fue mi sorpresa al encontrar una caja enorme con una carta sobre ella. La tomé entre mis manos y la dejé en la mesa, leyendo la carta: ésta estaba escrita a mano, con un precioso manuscrito: «No sé cuánto es el tiempo que he esperado a que aparezcas. Ha sido mucho, pero en fin: espero que tus vacaciones hayan sido excelentes. Te extraño. E.» Me quede pensando un momento en lo último... ¿E.?... Dirigí mi vista a la caja y la abrí: había cientos de envases de café –vacíos– dentro de esta, con cosas escritas y canciones, algunas con dibujos y... joder. Lloré como loca.