1. El primer paso es el más dificil

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Con un último movimiento limpio en dirección horizontal, corto la cabeza de la criatura frente a mí: una extraña montaña de grasa babosa de casi dos metros.

El movimiento de mi brazo sí, fue limpio en el sentido de precisión, velocidad y fuerza, más no limpio en... el sentido de limpieza. Resultó que una gran cantidad de fluidos desagradables cubrieron mi brazo y alcanzaron parte de mi rostro.

Hasta el momento, los Diggous eran las cosas más horripilantes a las que me había enfrentado en los bosques del Piso uno. Las repudiaba, pero eran las que me daban más monedas y puntos de experiencia de forma segura debido a su lentitud. Eso sí, si te descuidabas lo suficiente, tres golpes de esa cosa pueden hacer que tu Barra de vida disminuya hasta tornarse roja. Aunque bueno, pienso que nadie es tan estúpido como para quedarse de pie durante un minuto completamente inmóvil mientras recibe sus golpes.

Una notificación aparece frente a mí: "Recolectar 50 monedas." Presiono aceptar y un gratificante sonido tintineante me hace saber que he recibido mi recompensa monetaria. Abro el menú con un movimiento de mano y compruebo que mi Barra de experiencia ha subido un poco también. Muy poco, pero poco también es algo.

Me paseo entre las opciones para contemplar la que dice "Aseo", más no la selecciono. Una limpieza automática me costaría 20 monedas y no puedo darme ese lujo si estoy ahorrando para algo más importante. En fin, tendré que buscar un arroyo o lago cerca de aquí para limpiarme un poco, ya que pienso seguir cazando monstruos por un rato.

Así han sido mis días desde que empezó el juego. Como poco. Cazo mucho. Duermo lo necesario para llenar mi Barra de energía y regresar a cazar. Me mantiene ocupada en algo. Actuar ayuda a que mi cabeza se llene del ahora y olvide el vacío del pasado que desconozco.

Lucho. No sé por qué o para qué, pero lucho.

En estas dos semanas que pasaron desde la convocatoria en La Plaza yo ya había aprendido muchas cosas del juego.

La primera y más importante es que podemos sentir dolor. Y si alguien me pregunta cómo lo sé, bueno... no fue agradable vivirlo en vivo y en directo. Hasta el momento he sido lo suficientemente cuidadosa como para no exponerme a recibir un daño significativo, sólo rasguños de espadas o garras filosas, ambas provenientes de unos lagartos mutantes tamaño humano llamados Reptalls. A diferencia de los Diggous, éstas eran frágiles y rápidas, aunque el daño que hacían era menor, llegaban a atestar más golpes.

Entiendo que en realidad no recibo el daño físico en mi cuerpo, el real. Pero definitivamente sentí el desgarre de piel y el dolor de la apertura, y me lo corroboró la sangre que comenzó a salir de mi brazo. Pienso que debe ser una activación a nivel cerebral, no sé de dónde lo escuché pero me suena conocida la frase "el dolor es mental" y ahora concuerdo. Y bueno, también aprendí que la pérdida de sangre reduce mi nivel de vida, de manera muy muy lenta pero continua. Debo tener cuidado con eso también, pues mi teoría es que la velocidad de la reducción de vida dependerá de la gravedad de la herida.

Otra cosa que he explorado ha sido mi límite de memoria y conocimiento.

Es extraño de explicar, pero de alguna manera queda claro para mí. Comprendo el mundo exterior, sé cómo es y cómo funciona. Puedo apuntar y nombrar una gran cantidad de países en un mapa imaginario, pero no sé de cuál de esos países que conozco provengo. Conozco aspectos culturales de diferentes regiones pero no puedo asociarlos al país de origen. Sé que por mi apariencia física estoy en una edad entre la adolescencia y la adultez joven, pero no sé cuantos años tengo o cuándo nací. Sé cómo se conforma una familia, las etapas por las que pasa la familia, sus desafíos y logros, pero no sé cómo se conforma la mía. Cuando trato de pensar en una imagen de algo o alguien importante no llego a nada. Es un bloqueo frustrante porque ni siquiera puedo comprobar si de verdad hay respuestas del otro lado.

WorldwideDuel ~ BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora