THE PROMISE《YOONMIN》《Mpreg》

CAPÍTULO 14

--A ver si entendí, -decía concentrado el rubio --Afrodita es tu amiga desde que iniciaste la universidad, ...gracias a ella obtuviste tu empleo y su esposo tiene una empresa que...mmmm ¿Hace de todo? -cuestionó inseguro de haber captado correctamente.

--Bueno más o menos, su esposo es socio de mi jefe. Juntos montaron una empresa multi-servicios. Básicamente pueden llevar a cabo cualquier proyecto que les pongan en frente, siempre y cuando sea legal, claro está.

--Ummmm.

--No tienes que partirte la cabeza tratando de analizarlo. Basta con que comprendas que Afrodita sólo es mi amiga y que las personas con las que fuí fotografiado son quienes, junto a ella, construyeron esta casa.

--Entonces esas chicas pertenecen a la empresa de tu jefe.

--Así es, cada una llevaba a cabo una tarea diferente; una de ellas realizó la parte legal en la compra del terreno, otra era la encargada de compra y transporte de materiales, una era la diseñadora de interiores... -Continuó enumerando las funciones que realizaba cada una de las chicas con las que fue fotografiado.

--Lo que no logro entender es ¿Por qué simplemente no me lo contaste, Yoonie? Tuviste la oportunidad de hacerlo y me dejaste pensar lo peor.

Yoongi se sonrojó ante esas palabras, tenía sus razones pero reconocía lo infantiles que eran.

--Al principio no te lo dije porque era una sorpresa, no podía justificar esas fotos sin revelarte la verdad. Luego lo oculté por orgullo. Pensaba que me habías engañado así que decidí dejarte creer que yo hacía lo mismo.

--Ambos hemos sido unos tontos, ¿verdad? -Jimin sonrió cómplice por el comportamiento de ambos, porque él también dejó al mayor creer que le fué infiel sólo porque estaba celoso.
--Aún así tu amiga no me agrada. Siento que tiene demasiada confianza contigo.

--Ella sólo lo hace por molestar a su esposo. Ambos están en una guerra tonta en donde ella intenta ponerlo celoso y él finge que nada funciona.

--¿Dices que finge?

--Sí. -suspiró --Tuvimos una seria charla el mismo día que conocí a Afrodita. Él no es de muchas palabras, sólo me dijo "la tocas y te mueres" -tomó su barbilla en un gesto pensativo --Ahora que lo pienso esa charla sólo se basó en mi intento de explicarle que su chica no me interesaba y que sólo tenía ojos para un adorable rubio que prometió esperar por mí.

Jimin sonrió ante esas palabras. Amaba demasiado al chico frente a él. Se miraron con todo el amor y ternura que sentían el uno por el otro. Hasta que el mayor recordó algo muy importante --Entonces ¿de verdad vamos a tener un bebé?

--No exactamente. -sonrió avergonzado --Es decir, es muy pronto aún para saber. Estaba muy celoso y lo dije sin pensar para que tu amiga se alejara de ti o tú la alejaras.

--No debes sentir celos de ella. En verdad solo es una buena amiga. Es casi como una hermana. Ella sabe de mis sentimientos por ti desde que nos conocemos. Incluso, me ha ayudado mucho con todo, ella me ayudó a seleccionar tu anillo.

--Supongo que es muy pronto para que deje de verla como una amenaza.

--Nadie es una amenaza. Yo sólo te amo a ti.

--¿Te parece si practicamos tener un bebé? Digo, solo por si aún no estoy esperando uno.

--Me parece una excelente idea, amor.

Un Jimin con siete meses de embarazo se encontraba horneando un pastel de chocolate, se le hacía agua la boca mientras esperaba que el tiempo de cocción llegara a su fin. Sus antojos cada vez eran más inoportunos. Definitivamente su bebé sería un glotón de primera.

Estaba tan concentrado que no notó que Yoongi había entrado a la cocina hasta que unos brazos pálidos lo abrazaron desde atrás.

--¿Qué haces fuera de la cama, bebé? -preguntó con voz ronca por recién haber despertado --¿Otro antojo de media noche?

--Sí, tu hijo es insaciable -dijo con un puchero en los labios.

Yoongi río ante la tierna cara del menor y besó sus labios --Huele delicioso. Tengo hambre.

--Es un pastel de chocolate. Ya pronto estará listo. -dijo con sincera inocencia el rubio.

--Pero es que yo no hablaba del pastel -respondió con mirada pícara y luego enterró su rostro en el cuello del menor.

--Yah, Yoongi -estaba totalmente avergonzado pero feliz, amaba a su esposo, tenía una linda casa, esperaba a su primer hijo. Sí, definitivamente era feliz.

--Está bien. Sólo bromeaba. -contestó el de ojos gatunos.

El sonido del horno indicando que el pastel ya estaba listo desvió la atención del menor quien se apresuró a retirarlo del horno para que enfriara.

Una vez frío, cortó dos porciones y le dió una a Yoongi. Comieron en completa paz y luego se encaminaron a su recámara.

Jimin subió con un poco de esfuerzo a la cama y se recostó de lado, el pelinegro se colocó detrás de él y lo abrazó, se quedaron unos segundos en silencio hasta que el mayor habló.

--Casémonos -soltó de repente provocando que el rubio se girara a mirarlo muy sorprendido, más no alcanzó a pronunciar palabra --Sé que ya estamos casados pero la manera en la que sucedió no es como lo tenías planeado. Ni siquiera estaba en mis planes pedirte matrimonio justo en este momento. Se supone que prepararía una hermosa declaración y te llevaría a algún lugar especial, pero, no sé, simplemente siento que este es el momento adecuado.

Jimin meditó un momento.

Definitivamente las cosas no habia ocurrido exactamente como el había imaginado. No había estado en sus planes separarse durante años del mayor, ni la muerte de sus padres, así como tampoco vivir en el extranjero. sin embargo, estaba satisfecho con su vida.

"Supongo que las cosas no siempre salen como planeamos, pero eso no significa que no seremos felices con el resultado". -sonrió ante ese pensamiento.

--Minie, espero tu respuesta.

--Sí, me casaré contigo. Pero no porque la vez anterior no fue como lo planeé. Mi respuesta es sí porque te amo, Yoonie. Siempre será un sí. Un millón de veces sí. -sonrió de manera tierna.

Yoongi juntó sus frentes y le susurró un te amo para acto seguido besarlo despacio y con delicadeza por varios minutos, al separarse el rubio se acurrucó entre los brazos del mayor, mientras este acariciaba su abultado vientre y le susurraba al oído miles de palabras de amor.

FIN