CAPÍTULO 9

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El matrimonio civil se llevó a cabo ese mismo día en la tarde. Yoongi pagó el dinero necesario para casarse en tiempo record. Fue algo bastante sencillo y carente de emoción, con sólo el mínimo de personas necesarias para que fuera legal. Jimin no conocía a ninguna de esas personas. Solo pudo reconocer al tipo que estuvo en su pastelería días atrás, supuso que era fotógrafo porque no dejaba de tomar fotos.

 Solo pudo reconocer al tipo que estuvo en su pastelería días atrás, supuso que era fotógrafo porque no dejaba de tomar fotos

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Iban en un taxi hacia el aeropuerto, el mayor necesitaba regrasar al trabajo. Le resultó bastante tedioso convencer a su ahora esposo de salir del país por unas semanas.

--Quita esa cara Jimin. Parece que alguien murió.

El menor lo miró con recelo, no confiaba en él --No veo por qué tengo que salir del país. Aquí está mi hogar y mi trabajo.

--Eres mi esposo, acabamos de casarnos, tu lugar es a mi lado.

El rubio bufó ante el comentario --Te recuerdo que prácticamente me obligaste a casarme contigo. Este matrimonio es una farsa total.

Yoongi reflexionó un momento lo que acababa de escuchar --No te obligué, te di a elegir y elegiste el matrimonio. Además, no entiendo de que hablas, es completamente legal, no le veo la farsa.

--No nos casamos por amor, para mí eso lo hace una farsa.

Yoongi Meditó unos segundos. ¿amor? En esos últimos días se sentía ajeno a ese sentimiento. Contempló al menor, se veía hermoso a pesar de lo simple que vestía, reconoció que poseía la belleza de un ángel, era una lástima lo traicionero que resultó ser.

Vió como este se removía incómodo por su escrutinio. Fijó su vista en su rostro, estaba levemente sonrojado, evitaba su mirada así que, miró sus labios, se veían tan esponjosos como recordaba y se preguntó si aún sabrían igual, siguió deslizando su mirada, apreció lo blanco y cremoso que se veía su cuello y luego continuó por sus hombros y torso para finalmente dejarla caer en como sus tonificadas piernas eran abrazadas por la tela del traje que llevaba. No pudo evitar que su cuerpo reaccionara a la vista. Se negaba a pensar que seguía amando a Jimin pero vaya que lo deseaba.

No supo en que momento llevó sus manos hasta la cintura del rubio y lo colocó a horcajadas en su regazo. Jimin intentaba resistirse y safarse del agarre pero le era imposible, Yoongi había empezado un suave vaivén con sus caderas provocando una deliciosa fricción entre ellos. Jimin estaba sonrojado y jadeaba bajito, no tenía fuerzas para resistirse a lo que el mayor le provocaba. Ambos estaban inmersos en su burbuja hasta que un carraspeo los devolvió a la realidad.

Habían llegado al aeropuerto, el taxista los miraba con reproche por el retrovisor, el mayor se apresuró a pagarle y el menor bajó casi corriendo, estaba abochornado por su comportamiento.

Un par de horas después se subieron al avión y ninguno volvió a dirigirse la palabra en todo el viaje.

Un par de horas después se subieron al avión y ninguno volvió a dirigirse la palabra en todo el viaje

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El avión aterrizó, salieron del aeropuerto y tomaron un taxi hacia la residencia del mayor.

Al llegar, Jimin contempló el lugar donde vivía el azabache; un pequeño apartamento de soltero, era bonito sí pero carente de vida. Yoongi le mostró donde quedaba la cocina, la recámara, el baño y lo demás.

Habían pedido algo de cenar al restaurante que solía utilizar el pálido, al terminar el rubio decidió tomar un baño para irse a acostar, estaba agotado.

El menor salía en bóxer del baño a la vez que el pelinegro entraba a la recámara. Ambas miradas conectaron sorprendidos. El azabache, una vez más, sintió su cuerpo reaccionar. Se acercó despacio para no asustarlo. El menor sólo miraba en silencio como el otro cortaba la distancia que los separa.

Los ojos de Yoongi brillaban lujuriosos, Jimin reconoció ese brillo como el mismo que había presenciado en el taxi hacia el aeropuerto, de inmediato se puso en alerta, no permitiría que lo utilizara.

Respondió lo primero que le cruzó por la mente para detener su avance.

--No te me acerques.

--¿Por qué? Si mal no recuerdo no te desagrada mi cercanía.

--Piensa lo que quieras, pero lo cierto es, que sólo forzandome se consumara esta farsa de matrimonio.

Yoongi endureció la mirada, ahora esta brillaba pero de indignación.
Terminó de cortar con la distancia que los separaba y lanzó al rubio hacia la cama para luego colocarse él encima de su cuerpo.

Jimin temblaba mientras unos finos labios acariciaban su piel. Delicados besos suben por su cuello hasta llegar a su oído.

--No necesito forzarte - susurró lentamente --Por la manera como tiemblas es más que obvio que estás demasiado necesitado de sexo. - tomó distancia de su cuerpo para mirarlo a la cara y continuar diciendo con una nota de pesadez en su voz. --De cualquier forma no me apetece comprobar que tan experimentado eres.

El rubio reaccionó de manera automática al insulto, cortando el aire con su diestra y dejando que esta impactara sonoramente en la mejilla del azabache, logrando que su rostro girara de manera abrupta y dolorosa.

Yoongi regresó la vista al rostro del menor y lo miró fríamente por varios segundos, manteniendo las manos hechas puños a sus costados en un intento de contenerse y no devolverle el golpe. Jimin le sostuvo la mirada con altanería pues no se dejaria amedrentar.

Yoongi se levantó lentamente sin apartar los ojos ni un segundo. El aire estaba pesado y la tensión era casi palpable. Salió de la habitación dejando a un jimin tembloroso y asustado pero más que nada sintiendose solo, dolido y humillado.

THE PROMISE《YOONMIN》《Mpreg》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora