ι'll вe waтcнιng yoυ »Cedric Diggory

chapter nineteen

En un abrir y cerrar de ojos me encontraba de vuelta en el expreso de Hogwarts.

Sobre Cedric no supe mucho este tiempo, intenté hablar con él pero se me hizo muy difícil con su distancia y frialdad, a lo contrario de Amos, que me saludaba cálidamente cada vez que me veía. Anhelaba un presente de parte de Diggory en navidad aunque nunca llegó, aparentemente se enfocó más en Chang y no tengo porque sorprenderme.
Es un hecho decir que me duele, siento que me hace a un lado y que ella ocupa ese lugar junto a él que creí tener todo este tiempo.

Por otro lado, Oliver y yo estamos más unidos que nunca, en estas pequeñas vacaciones hemos compartido más y bueno...Se podría decir que somos pareja, es como estas relaciones que surgen espontáneamente y sinceramente, me siento tan segura y querida a su lado, dudo cambiar eso por algo. Cada paso que dábamos juntos nos unió más, y ahora se que congeniamos más de lo que creía

Bueno, olvidemos lo que pienso y vamos al presente. Trasladaba mis maletas adentro de King's Cross con un ligero aire de nostalgia, todos los años hacía esta rutina con Cedric a mi lado y esta es la primera vez que no lo hacía, y peor aún, ni siquiera se donde está. Mi padre venía a mis espaldas observando todo, posiblemente con nostalgia también al recordar su época de estudiante.

Caras conocidas por ahí y por allá, sin más tardar, me apresuré a la puerta de embarque.

—Espero verte de nuevo pronto, mi niña — Dijo Benjamin en mitad de nuestro fuerte abrazo.

—Claro que si — Respondí al separarme — Te mandaré una lechuza al llegar.

—¡Que no se te olvide! — Exclamó cuando yo ya tenía un paso sobre él vagón.

El tren empezó a andar sin que me diera cuenta, estaba sola momentáneamente, y a decir verdad no me importaba mucho, solo necesito llegar al vagón de prefectos. Caminaba por el único pasillo del tren hasta que vi una cara conocida.

—¿Qué pasa si el tren da un frenazo, Oliver? No es muy seguro deambular en un vehículo en marcha.

—Que buena manera de saludar, ¿Acaso tú no andas en lo mismo?.

—Tengo excusa — Levanté mis maletas en mano.

—Acompáñame, ven a mi vagón.

—Cariño, tengo que ir al vagón de prefectos.

—Ah, pensaba que dejarías de bajarme puntos sin razón — Reclamó.

—¡Velo por el bien de todos! Y si me disculpas, necesito pasar, prometo venir a verte cuando tenga tiempo.

—¿Que bobadas se ponen a hablar en esas reuniones?

—Lo mismo que tú con el Quidditch— Recibí otra mirada reprendedora — ¡Te quiero! — Me apresuré a darle un beso en el cachete, pensando que así tal vez no se enojaría.

Llegué rápidamente a mi destino, entré y para mi suerte todos los prefectos estaban presentes, con Cedric incluido.

—Lo siento, ¿Llego tarde?— Musité en modo de disculpas e intentando evitar la mirada del castaño, además, para mi mala suerte me tuve que sentar a su lado.

—Solo 10 minutos — Contestó la prefecta de Ravenclaw.

—Oh, bueno, entonces empecemos. ¿Van a cambiar los horarios? Porque no me molestaban los anteriores...— Di inicio a la reunión.

—Mi compañera y yo odiamos hacer rondas los fines de semana — Se quejó un Slytherin.

—Eso se puede solucionar, ¿Un fin de semana por mes?