Narra Antoniana.
Desperté de repente llorando y gritando. La figura de uno de mis padres abrió un de las puertas de repente mientras me veía con tristeza en sus ojos.
-Ya pasaron tres años hija, deberías hacer algo mejor que vagar entre el cielo y el infierno.- Soltando un suspiro cansino continuó.- Tu abuelo quiere verte y hablar contigo asique arréglate y ve.
- Si padre... y la muerte de los hijos no se lleva fácil, no importa lo que digan ustedes tres tienen a sus hijos vivos y mi hermano ni siquiera tiene hijos. Sentándome en la cama viendo mis zapatos y agitando mis alas para terminar de despertar me levante y fui al baño.
Abrí la regadera y deje que el agua caliente se deslizara por mi cuerpo junto a mis lágrimas y la impotencia de saber que no pude proteger a quienes más ame.
Cuando termine de bañarme y me vestí, me encamine a lo del abuelo.
-Abuelo. Me incline haciendo una breve reverencia.
- Mi niña, te he estado observando... Antoniana no puedes pasarte la eternidad sumida en semejante tristeza, ¡mira tus alas! ¡Oh por mí se están volviendo negras! Eso es terrible.
-No es tan malo como todo creen. Dije restando importancia.
-¡Por supuesto que sí! Volviendo al asunto te daré una tarea para que te distraigas por ahora.- dijo serio y preocupado por mi reciente estado de depresión, porque si al parecer para un ángel eso es malo.- serás la nueva protectora de los seres de luz bha bha bha antes de que digas nada déjame explicar... como decía, te encargara de buscar a otros seres de luz, entrenarlos y evitar que se contaminen con la oscuridad.
- ¿Cómo haré eso? Quiero decir no sabía que había más seres de luz además de los ángeles, ni siquiera concia de la existencia de ese puesto. Respondí mientras me acomodaba en la silla.
- Pasa con Samuel, él te dirá todo. Nos vemos mi niña.
Y así me retire de su oficina para ir con Samuel sin saber que haría de ahora en adelante <los planes de Dios son perfectos> dicen, esperemos que así sea.
-Aquí estoy Sam dime lo que te dijo mi abuelo por favor. Grite con impaciencia, mientras él se acercaba moviendo sus alas a una velocidad desesperantemente lenta, con una sonrisa burlona en su rostro.
-¡Oh pero mira que milagros hace mi padre! ¡Te saco de tu habitación, Toni! Aquí tiene la carpeta con tu primer ser, debes seguir las instrucciones, eres la mejor en combate asique no creo que tengas problemas. Dijo mientras me tendía una carpeta de color marrón con el nombre "Ulises Miller, Hombre Lobo".
-Es un hombre lobo.- Dije con molestia mientras ojeaba la carpeta con fotos y datos del bebe, porque si es un bebe.- ¿Luna no se molestara por meterme con sus preciados lobos?
-No lo creo, ya hablaron con ella, además no solo tendrás el cachorro, serán vampiros, demonios, humanos y otras criaturas más. Dijo de forma indiferente.
-Mmm está bien, solo no quiero problemas con el satélite.
Aun no entiendo porque los lobos la adoran ella en realidad no hace nada solo estupideces que después algún ángel tiene que arreglar a veces quiero golpearla pero después de nuestro último encuentro desecho la idea.
Flashback.
-¡Eres una idiota! Pero que más se puede esperar de un demonio. Dijo luna con enojo.
-¡No le hables así a mi hija satélite inútil! Es una niña aún no controla sus poderes no es su culpa que matara a TU espía.-Dijo mi papi Lucifer, está molesto porque tía luna me grito, no fue mi intención dañar a ese chico, pero él me dijo que era un error y me quito la muñeca que me regalo mi mami <el único regalo que me dio mama>.
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La protectora de los seres de luz
Fantasy-Entonces esa es mi historia... para ti y tu curiosidad. Observe esa hermosa sonrisa deslumbrante y sus ojos llenos de tristeza, si no la conociera diría que es el ser más feliz del mundo. Vi atontado como se paraba dejando un billete en la mesa y...